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Tercerizar, privatizar, dividir o liquidar activos: qué se puede hacer (y qué no) con Aerolíneas Argentinas según los expertos

“El Gobierno Nacional ha iniciado conversaciones con varias empresas privadas latinoamericanas para que se hagan cargo finalmente de la operación de Aerolíneas Argentinas”, informó el vocero presidencial, Manuel Adorni. Acto seguido, el presidente de la compañía, Fabián Lombardo, mantuvo una reunión en Casa Rosada con la secretaria general de Presidencia, Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Economía, Luis Caputo, y el asesor Santiago Caputo. De este modo, el Ejecutivo inyectó poder institucional a lo que la semana pasada habían deslizado desde la empresa sobre sondeos del sector privado para adquirirla.

Reunión del gobierno nacional para terminar con la extorsión permanente de los gremios de Aerolineas Argentinas. pic.twitter.com/KbptqEZoYJ

— Jefatura de Gabinete (@Jefatura_Ar) September 19, 2024

Pero no solamente el mensaje llegó desde el Gobierno. Incluso el expresidente Mauricio Macri habló de tres posibles caminos ante la creciente conflictividad gremial en Aerolíneas Argentinas. Por lo tanto, propuso iniciar un proceso de quiebra, escindirla en dos o tres partes, o liquidar sus activos.

De este modo, la opción manifestada por el vocero presidencial de tercerizar la operación se diferencia de los escenarios planteados por Macri. En consecuencia, cada una de estas cuatro alternativas presenta condiciones técnicas y legales que las frenarían o, caso contrario, potenciaría al ímpetu privatizador del Gobierno.

Escenario 1: tercerización de la operación

“La operación no se puede tercerizar”, aseguró el abogado Diego Fargosi, de Fargosi Asociados. El especialista en el sector aerocomercial explicó que se puede ceder alguna parte, como el servicio de rampa o las unidades de mantenimiento, pero la operación aérea reviste características técnicas diferentes. La más importante de ellas es la posesión del Certificado de Explotación de Servicios Aéreos (CESA), que a grandes rasgos está compuesto por dos anexos. Uno de ellos es de flota, que contiene las aeronaves de la compañía titular del CESA; y el otro es el de tripulación, que incluye a los pilotos.

De esta manera, para que una aerolínea tercerice su operación aérea debería ceder su CESA. Para Fargosi esto es imposible. “El CESA es el corazón de estas compañías, es como la matrícula del médico. Un médico sin matrícula no es médico. Entonces, una aerolínea sin CESA no es aerolínea”, ejemplificó. Otro letrado con experiencia en el sector aerocomercial opinó que “eso sería como privatizarla”.

En ese sentido, el Gobierno había incluido a Aerolíneas Argentinas en su primera versión de la Ley Bases, pero tras negociaciones legislativas decidió excluirla del listado de privatizables. Y, sin ley que lo habilite, ninguna empresa pública puede ser vendida.

Pero hay diversidad de opiniones al respecto. El socio de uno de los grandes estudios de abogados de Buenos Aires, conocedor de cerca del mercado aeronáutico, indicó que un contrato de operación sería una alternativa anterior a una posible privatización. “Un contrato de operación sería ‘defendible’ desde el punto de vista legal, como una alternativa para enfrentar la crisis”, analizó.

Escenario 2: iniciar un proceso de quiebra

Esta es la primera opción que propuso el expresidente Macri. En relación a ella, Fargosi sostuvo: “Aerolíneas Argentinas puede pedir la quiebra cuando quiera”. Eso depende de dos factores: las cuentas de la compañía y la decisión del Directorio.

A propósito de esto último, iniciar un proceso de quiebra debería ser aprobado por el Directorio de la compañía, hoy compuesto por tres miembros relacionados al Gobierno y otros tres que no. La mitad oficialista está compuesta por el actual presidente de la compañía, Fabían Lombardo, y los otros dos directores son Mauricio González Botto, exmiembro de la Jefatura de Gabinete de Nicolás Posse, y Juan Bautista Ordoñez, exfuncionario del extinto Ministerio de Infraestructura que estaba a cargo de Guillermo Ferraro.

Los otros tres integrantes son el sindicalista enemigo del Gobierno, Pablo Biró; María Azucena Ehcosor, vinculada al Frente Renovador, y Juan Eduardo García.

En paralelo, una fuente del sector aerocomercial dijo, sobre la posible quiebra, que “si el Gobierno dejara de asistir financieramente a Aerolíneas, la quiebra sucede enseguida”. Según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), la compañía recibió transferencias por $63.649 millones en lo que va del año. El 92% de esos fondos buscó cubrir los gastos de las 1300 desvinculaciones del personal de la empresa. En simultáneo, hasta el mes de julio la aerolínea tuvo un déficit operativo de US$79 millones, tal cual informaron.

LA ESTAFA DE AEROLÍNEAS ARGENTINAS 

Por el bien de todos los argentinos, lo que necesita Aerolíneas Argentinas es un plan de desarme urgente. La situación actual es una ruina sin salida. Los convenios colectivos de APLA (pilotos); APTA (mecánicos y despachantes) y AAA…

— Mauricio Macri (@mauriciomacri) September 19, 2024

Escenario 3: dividir a la empresa

Esta es otra de las alternativas planteadas por Macri. A diferencia de la imposibilidad analizada para la tercerización de la operación aérea, Fargosi sostuvo que la escisión podría llevarse a cabo. “En todo caso, alguna parte”, indicó. Pero también, a propósito de las “reglas de juego”, recordó que cualquier decisión de este tipo debe ser aprobada por el Directorio.

Desde la otra cara del asunto, el lado comercial, opinaron que “la operación doméstica y regional es menos deficitaria que la operación de más largas distancias en Aerolíneas”. Además, este importante jugador del sector aeronáutico afirmó que el personal de la compañía es muy valioso, razón por la que coincidió con Macri en relación a los “excelentes profesionales” de los que habló el expresidente. Sin embargo, esgrimió que “el riesgo es el personal gremializado”.

Escenario 4: liquidación de activos

“Es como vender un auto”, resumió Fargosi. En este caso, la decisión de desprenderse de bienes de la compañía, según el abogado, también depende del Directorio.

El representante del sector privado proyectó que un avión “no vale menos de US$200 millones”. Incluso, comentó que “son pocas las aerolíneas que compran aviones, pero existen conglomerados que los adquieren para hacer leasing”. También explicó cómo funciona la cesión de rutas: “Son espacios valiosos, pero dejar de operar una ruta aérea no necesariamente significa dejar de perder plata, porque sus vuelos podrían llegar a ser deficitarios y abandonarlos significaría cortar la pérdida”.

LA NACION

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