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Cero goles y mil imágenes en el clásico Talleres-Belgrano: el antes, el durante y el después

El clásico TalleresBelgrano del domingo 6 de octubre de 2024 quedará para la historia por todas las historias que generó en el antes, el durante y el después. ¿El empate le baja el precio para meterse en la memoria colectiva de Córdoba? No, para nada. No, y por todo. Es que el 0-0 queda solemnemente tapado por la cantidad y calidad de hechos que rodearon al duelo 404 entre los colosos cordobeses.

El antes del Talleres-Belgrano

La carta de Andrés Fassi, presidente de Talleres, advirtiendo sobre la designación del árbitro en el contexto de su conflicto con Talleres.

Las declaraciones de Luis Fabián Artime, presidente de Belgrano, avisando que se estaba condicionando al referí Nicolás Ramírez.

El ida y vuelta de hinchas en redes sociales por lo de estar o no estar alineado a Tapia. Por aquello de “las SAD”, que se emparenta con Talleres. Por lo de “los clubes que son de los socios”, que se acerca a Belgrano.

Y así… Un antagonismo tan marcado para dos clubes que llegaban con sus equipos en ganadores: Talleres había vencido a River en el Monumental; Belgrano, a Boca en Alberdi.

Y lo de las hinchadas… Los de Talleres armando un recibimiento mayúsculo, inédito. Con banderones, con un tifo, con leyendas. Y fotos hechas banderas.

Todas haciendo mención a la final por el ascenso que en 1998 tuvo el festejo de la “T” por penales sobre la  “B” en el viejo Chateau Carreras, hoy Mario Kempes, donde hubo 60 mil personas enfervorizadas, locas de amor por Talleres.

Y, al mismo tiempo, en la salida del hotel Quinto Centenario, el plantel de Belgrano yendo al estadio con el apoyo incondicional de los suyos, con un banderazo majestuoso.

Cosas del fútbol de Córdoba. Cosas que emparentan al hincha de Talleres y al de Belgrano. Y que, por su obvio antagonismo, nunca derivará en reconocimiento mutuo: son hinchas de elite, de admiración mundial. Lo son por sus movidas, por su forma de ser.

El durante

Y después el partido. Jugado con intensidad de final. El Talleres que pelea el torneo con Vélez. Contra el Belgrano reorganizado después de la aventura internacional. Y a full. Choque de planetas. Choque de estilos. Choque… entre Alejandro Rébola y Valentín Depietri con un planchón del defensor de Belgrano que terminó en la roja de Ramírez.

Nada de polémicas, ni de fantasmas pro-AFA ni anti-AFA. Bien expulsado Rébola. Y a jugar un partido insospechado. Talleres haciendo cambios para comerse a Belgrano. Belgrano haciendo cambios para comerse los minutos del clásico. Y en ese tira y afloje empezó el partido de los detalles. De los agarrones.

De los empujones. De los cruces entre jugadores. Como el de Gabriel Compagnucci con Federico Girotti con maltrato verbal de ambos lados. “Sí, yo le dije eso (que no estaba para jugar en River) pero él también me dijo cosas feas a mí… deberían quedar en la cancha”, admitió el lateral celeste.

Y así se fue ese partido en el que Miguel Navarro, con un bombazo, le movió el poste izquierdo al arquero Juan Espínola. El lateral venezolano quedó afectado por esa jugada. Sentía que era su gol, que era el gol de la gente.

Y así se fue ese partido en el que Pablo Chavarría tuvo el gol de Belgrano en la última y perdió el mano a mano con Guido Herrera. Chavarría también quedó afectado: lloró desconsoladamente en el vestuario. Sentía que su gol era el gol de la gente.

El después

Y el pitazo final de Ramírez, que no usó el VAR y del que nadie dudó por su actuación, decantó en un ida y vuelta entre hinchas de la platea Ardiles y jugadores de Belgrano. Mientras les cantaban “equipo chico, la p… que te parió”, Bryan Reyna y Franco Jara se hicieron la seña de “frío” en esa salida hacia el camarín

Así de caliente terminó todo en el duelo de la fecha 17 de la Liga Profesional, que dejó a Talleres a cinco del líder Vélez. Y a Belgrano a 11 de esa cima y a seis de un puesto de clasificación a la Sudamericana 2025.

Todo ese “antes” y “durante” terminaría en un “después” picante. Lo arrancó Rubén Botta en declaraciones a la TV, quejándose del planteo de Belgrano. “Que se fije en su equipo, que no nos pateó al arco prácticamente”, contestó Mariano Troilo.

Y había más para ese pos clásico en el Kempes. Todo, mientras en las redes sociales seguían los comentarios de un lado y otro sobre el resultado. En el estadio, se esperaba que hablaran Fassi y Artime. “Que algunos serviles o vivos nos hagan quedar mal es otra cosa. Hay que felicitar a Ramírez. El arbitraje fue excelente”, dijo Fassi. 

Artime también lanzó su opinión: “Esto es fútbol, muchachos. No había nada raro. No era una guerra. Y el árbitro dirigió bien. Estaban bien designados los árbitros, bien los del VAR, bien todos. Ramírez es el mejor árbitro del fútbol argentino. Yo nunca pongo en duda a nadie”.

Que Fassi y Artime están más “rivalizados” que nunca quedó en evidencia. Tanto como que Talleres y Belgrano (y sus modos de vivir) están más alejados que nunca en este contexto de aliados o no aliados de Tapia.

El 0-0 fue muy poco para un Talleres-Belgrano que sí fue mucho en el antes, el durante y el después.

El video de La Voz con las hinchadas de Talleres y Belgrano

​La Voz

​El clásico Talleres-Belgrano del domingo 6 de octubre de 2024 quedará para la historia por todas las historias que generó en el antes, el durante y el después. ¿El empate le baja el precio para meterse en la memoria colectiva de Córdoba? No, para nada. No, y por todo. Es que el 0-0 queda solemnemente tapado por la cantidad y calidad de hechos que rodearon al duelo 404 entre los colosos cordobeses.El antes del Talleres-BelgranoLa carta de Andrés Fassi, presidente de Talleres, advirtiendo sobre la designación del árbitro en el contexto de su conflicto con Talleres.Las declaraciones de Luis Fabián Artime, presidente de Belgrano, avisando que se estaba condicionando al referí Nicolás Ramírez.El ida y vuelta de hinchas en redes sociales por lo de estar o no estar alineado a Tapia. Por aquello de “las SAD”, que se emparenta con Talleres. Por lo de “los clubes que son de los socios”, que se acerca a Belgrano.Y así… Un antagonismo tan marcado para dos clubes que llegaban con sus equipos en ganadores: Talleres había vencido a River en el Monumental; Belgrano, a Boca en Alberdi.Y lo de las hinchadas… Los de Talleres armando un recibimiento mayúsculo, inédito. Con banderones, con un tifo, con leyendas. Y fotos hechas banderas. Todas haciendo mención a la final por el ascenso que en 1998 tuvo el festejo de la “T” por penales sobre la  “B” en el viejo Chateau Carreras, hoy Mario Kempes, donde hubo 60 mil personas enfervorizadas, locas de amor por Talleres.Y, al mismo tiempo, en la salida del hotel Quinto Centenario, el plantel de Belgrano yendo al estadio con el apoyo incondicional de los suyos, con un banderazo majestuoso.Cosas del fútbol de Córdoba. Cosas que emparentan al hincha de Talleres y al de Belgrano. Y que, por su obvio antagonismo, nunca derivará en reconocimiento mutuo: son hinchas de elite, de admiración mundial. Lo son por sus movidas, por su forma de ser.El duranteY después el partido. Jugado con intensidad de final. El Talleres que pelea el torneo con Vélez. Contra el Belgrano reorganizado después de la aventura internacional. Y a full. Choque de planetas. Choque de estilos. Choque… entre Alejandro Rébola y Valentín Depietri con un planchón del defensor de Belgrano que terminó en la roja de Ramírez.Nada de polémicas, ni de fantasmas pro-AFA ni anti-AFA. Bien expulsado Rébola. Y a jugar un partido insospechado. Talleres haciendo cambios para comerse a Belgrano. Belgrano haciendo cambios para comerse los minutos del clásico. Y en ese tira y afloje empezó el partido de los detalles. De los agarrones. De los empujones. De los cruces entre jugadores. Como el de Gabriel Compagnucci con Federico Girotti con maltrato verbal de ambos lados. “Sí, yo le dije eso (que no estaba para jugar en River) pero él también me dijo cosas feas a mí… deberían quedar en la cancha”, admitió el lateral celeste.Y así se fue ese partido en el que Miguel Navarro, con un bombazo, le movió el poste izquierdo al arquero Juan Espínola. El lateral venezolano quedó afectado por esa jugada. Sentía que era su gol, que era el gol de la gente.Y así se fue ese partido en el que Pablo Chavarría tuvo el gol de Belgrano en la última y perdió el mano a mano con Guido Herrera. Chavarría también quedó afectado: lloró desconsoladamente en el vestuario. Sentía que su gol era el gol de la gente.El despuésY el pitazo final de Ramírez, que no usó el VAR y del que nadie dudó por su actuación, decantó en un ida y vuelta entre hinchas de la platea Ardiles y jugadores de Belgrano. Mientras les cantaban “equipo chico, la p… que te parió”, Bryan Reyna y Franco Jara se hicieron la seña de “frío” en esa salida hacia el camarín…Así de caliente terminó todo en el duelo de la fecha 17 de la Liga Profesional, que dejó a Talleres a cinco del líder Vélez. Y a Belgrano a 11 de esa cima y a seis de un puesto de clasificación a la Sudamericana 2025.Todo ese “antes” y “durante” terminaría en un “después” picante. Lo arrancó Rubén Botta en declaraciones a la TV, quejándose del planteo de Belgrano. “Que se fije en su equipo, que no nos pateó al arco prácticamente”, contestó Mariano Troilo.Y había más para ese pos clásico en el Kempes. Todo, mientras en las redes sociales seguían los comentarios de un lado y otro sobre el resultado. En el estadio, se esperaba que hablaran Fassi y Artime. “Que algunos serviles o vivos nos hagan quedar mal es otra cosa. Hay que felicitar a Ramírez. El arbitraje fue excelente”, dijo Fassi.  Artime también lanzó su opinión: “Esto es fútbol, muchachos. No había nada raro. No era una guerra. Y el árbitro dirigió bien. Estaban bien designados los árbitros, bien los del VAR, bien todos. Ramírez es el mejor árbitro del fútbol argentino. Yo nunca pongo en duda a nadie”.Que Fassi y Artime están más “rivalizados” que nunca quedó en evidencia. Tanto como que Talleres y Belgrano (y sus modos de vivir) están más alejados que nunca en este contexto de aliados o no aliados de Tapia.El 0-0 fue muy poco para un Talleres-Belgrano que sí fue mucho en el antes, el durante y el después.El video de La Voz con las hinchadas de Talleres y Belgrano 

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