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Qué es el “gaslighting”, el abuso emocional del que se habla en España por el caso del diputado de Sumar, Íñigo Errejón

La renuncia del diputado Íñigo Errejón, portavoz del emergente bloque de Sumar, tras denuncias de maltrato hacia mujeres, trajo a la agenda pública un término cuyo significado y origen no es tan conocido: gaslighting.

Tras un posteo en Instagram de la periodista Cristina Fallarás en el que hacía referencia a que ésa era la práctica en la que incurría Errejón con ella y con otras mujeres con quienes tuvo relaciones, el gaslighting pasó de ser un término de jerga a ocupar títulos en sitios digitales europeos.

“Cuando ve que ha conseguido algo empiezan los desplantes y el gaslighting. Por la tarde te muestra afecto e incluso de hace proposiciones de relación, y a las dos horas te echa de su casa. Si haces algo que no le gusta, te castiga con silencio e indiferencia, para que vayas aprendiendo a respetar a Dios, que es lo que se cree que es”, publicó Pallarás, en ese posteo.

Errejón era investigado por Sumar, por esta denuncia y presentó su dimisión, con una carta en la que dice estar haciendo tratamiento psicológico. Dice “haber experimentado una subjetividad tóxica que, en el caso de los hombres, el patriarcado multiplica” y haber “llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona”.

De dónde viene

El término proviene de la película “Gaslight” de 1944, en la que un hombre manipula a su esposa haciéndola creer que está perdiendo la razón, entre otras cosas, bajando las luces de gas en la casa y negando que lo haya hecho cuando ella se da cuenta. Con el tiempo, el término gaslighting o luz de gas se ha popularizado para describir este tipo de abuso emocional en las relaciones de pareja, en el ámbito laboral o incluso a nivel social.

El gaslighting puede ser difícil de identificar, ya que la persona que lo sufre puede llegar a cuestionar su propia capacidad de juicio.

Es una forma de maltrato sutil que ocurre en relaciones es y difícil de detectar, tanto para las personas como para la víctima.

Se identifica con la aparición de este tipo de textos: “¿Todo está bien en tu cabeza?”, “¿Estás segura? Solés tener mala memoria”,“Estás loco, eso nunca ocurrió”.

Algunas señales incluyen:

Negación constante de la realidad: El agresor niega hechos evidentes o minimiza lo sucedido.Manipulación emocional: Hace que la víctima se sienta insegura sobre sus emociones o reacciones.Culpabilización: El manipulador cambia los papeles para que la víctima se sienta culpable o responsable de la situación.

En muchos casos, esta táctica deja secuelas emocionales profundas, como baja autoestima, ansiedad o depresión. La mejor manera de enfrentar el gaslighting es hablar con alguien de confianza y buscar ayuda psicológica para reconstruir la realidad.

En la actualidad, es frecuente hallar este tipo de maltrato en las llamadas relaciones tóxicas de pareja. A diferencia del abuso sexual o del maltrato físico, el abuso emocional es más difícil de identificar por parte de quien lo sufre. Y es que el maltrato psicológico no deja daños corporales visibles, a lo que hay que añadir que el maltratador emocional suele encubrir el abuso con conductas encantadoras y socialmente aceptadas.

​La Voz

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