El futuro de Franco Colapinto en la Fórmula 1: charlas, rumores, varios interesados y millones en danza
SAN PABLO.– Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y es cierto, pero con límites. Porque hay imágenes que se prestan a interpretaciones, y las interpretaciones se hacen según los filtros que tienen los observadores. Y de estos había unos cuantos en el circuito de Interlagos.
En un fin de semana que no fue bueno para Franco Colapinto, por la partida de su abuelo Leónidas el jueves y por sus dos accidentes el domingo, continuaron acelerándose los rumores sobre su cada vez más probable participación en la Fórmula 1 en 2025. En torno a esto hubo dos imágenes significativas.
El viernes fueron protagonistas James Vowles, el team principal de Williams, y su homólogo en Red Bull, Christian Horner. Ese día por la mañana, Horner y un asistente que apartaba cámaras y periodistas que se le aproximaban avanzaron como una tromba hacia las salas de Williams. Horner se perdió allí dentro y permaneció 15 minutos. Difícil creer que Christian avanzara como un tanque hacia el objetivo solo para degustar una taza del café Reviva, marca con la que recientemente Vowles renovó contrato de patrocinio.
Esto ocurría en un contexto ya bien conocido por un anticipo del periodista británico Joe Saward, que aseguró que se estrechaban los contactos exploratorios entre Williams y Red Bull para un posible pase de Colapinto a las huestes “taurinas”. Se mencionaba, incluso, que 20 millones de dólares podían viajar desde la cuenta de Red Bull en Milton Keynes a la de Williams en Grove y que, en los días previos a comenzar la actividad en Interlagos, se “hablaba de dinero”.
Como corresponde a prudentes gestores de cientos de millones, ni James ni Christian deseaban dar pistas “oficiales” sobre posibles avances. El mismo viernes, Horner repetía declaraciones de la semana anterior en torno al tema Colapinto, aunque con un poco más de énfasis. Decía que Red Bull está explorando el mercado y señalando que el argentino se estaba destacando como “una estrella de futuro”. También generalizaba para no comprometerse mencionando al neozelandés Liam Lawson, que ya ha reemplazado a Daniel Ricciardo en Racing Bulls (Visa Cash), segundo equipo de Red Bull Holdings. Y añadía entre sus “admirados” al piloto novato de Haas, Oliver Bearman.
Colapinto ha suscitado tanto apoyo por su forma de correr y comunicarse que los ejecutivos de Liberty, dueña de la Fórmula 1 y de los derechos comerciales que se cobran más cuando aumentan las audiencias, también quieren al argentino el año próximo.
Stefano Domenicali, exjefe de equipo Ferrari y encargado por cuenta de Liberty de las negociaciones con los organizadores de carreras, también entregó una buena opinión sobre Franco.
El sábado, tan enérgica fue como la de Horner el viernes, fue la caminata casi a zancadas de James Vowles a la oficina de la Fórmula 1 en el paddock de Interlagos. Parece que tenía algo bastante interesante que tratar, porque tuvieron que buscarlo para que se diese prisa para dirigirse a su puesto en el muro de boxes, porque estaba por comenzar la prueba sprint.
A Domenicali y sus jefes les viene como anillo al dedo un personaje con la atracción magnética y un elevado rendimiento en pista como Colapinto. Ya han repetido varias veces lo que significaría para ellos un piloto como el piloto de Pilar, que mejoraría la difusión de su producto.
Por otra parte, ese día, el presidente del Automóvil Club Argentino (ACA), César Carman, y el ministro de Turismo y Deporte, Daniel Scioli, formalizaron el interés de Argentina en trabajar conjuntamente para hacer la carrera. Sería en el circuito 15 modificado del Autódromo Juan y Oscar Gálvez.
Y justo cuando empieza a contar el tiempo para estimar las inversiones necesarias para que los Fórmula 1 vuelvan al escenario donde giraron por última vez en 1998, aparece Bernie Ecclestone en escena.
Hace unos días, el expatrón de la F. 1, que vendió sus acciones a Liberty, cumplió 94 años y mantiene diversas actividades comerciales. Bernie no da, como se dice, puntada sin hilo. Tan sólo hace un par de semanas, el Automóvil Club Argentino recibió una carta de Fabiana Flosi, esposa de Bernie y delegada de la FIA para Sudamérica, instando a que Argentina recobre su fecha de Fórmula 1 y, de paso, pedía un acuerdo entre la CDA del ACA y la ACTC en torno a la fiscalización de las carreras.
Aunque oficialmente hay una sola plaza disponible en Fórmula 1 para 2025 y pertenece al equipo Sauber, ahora propiedad de Audi, hay lógicos movimientos y mil rumores y posibilidades, porque se asegura que el mexicano Sergio Pérez no seguirá en Red Bull en 2025. El brasileño Gabriele Bortoletto suena con cada vez más fuerza para ocupar la plaza libre de Sauber junto a Nico Hulkenberg el año próximo.
A Colapinto se le abrirían las puertas para seguir en 2025 una vez que se confirme la salida de Pérez de Red Bull. Queda por establecer si las negociaciones de Horner con Vowles son para que Franco pase a ser titular junto a Max Verstappen, brillante ganador en Interlagos, o en el equipo satélite Racing Bulls, comercialmente denominado “Visa-Cash” o VCARB. Ello sería posible porque el japonés Yuki Tsunoda quedaría fuera de esa escuadra.
Colapinto y Vowles tienen cada uno sus argumentos para salir beneficiados: la lista de patrocinadores que se amplía cada semana dispuestos a profundizar su respaldo financiero a la llamativa trayectoria de Colapinto. Ya tiene un portafolio con las multinacionales Mercado Libre y Globant y, muy claramente, el propietario de la marca de telecomunicaciones “Claro”, que factura anualmente más de 20.000 millones de dólares, quiere “hacer algo” con Colapinto. Carlos Slim respalda por ahora a Checo Pérez, pero si este se queda sin asiento en Red Bull y nadie le da refugio inmediato, se le liberarán en torno a 25 a 30 millones de dólares anuales.
Así que se pueden hacer estimaciones: ¿cuánto vale Colapinto? Una pista que necesita una extrapolación: en 1996, Eddie Jordan, dueño del equipo que llevaba su nombre, tenía los derechos de cesión sobre el piloto Eddie Irvine. Él se encargó de negociar el pase a Ferrari y obtuvo para su empleado entonces 6 millones de dólares. Si se tiene en cuenta la inflación, el aumento de la difusión de la Fórmula 1 y la capacidad de influencia social de los pilotos, ¿por qué resultarían excesivos 20 millones de dólares por Franco? Rumores y versiones seguirán rodando y no hay que anticiparse. Alguien se hará cargo del piloto revelación de esta temporada. Seguro.
LA NACION