Milei y el gobierno de los rudos
Bien alejado de aquel refrán según el cual “lo cortés no quita lo valiente”, Javier Milei nunca se preocupó por las formas ni se caracterizó, ya desde los tiempos en que era panelista televisivo, por los buenos modales. Frente a los cuestionamientos que con frecuencia despierta su estilo vehemente y su lenguaje soez, sus exégetas encontraron una justificación merced a la irresponsable y sorpresiva medida de fuerza de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) que paralizó el servicio de rampa en el aeroparque Jorge Newbery y dejó varados a numerosos pasajeros en los últimos días. Insistieron en que no hay lugar para tibios en el Gobierno y hasta llegaron a plantear la hipótesis de que solo alguien que esté “medio loco” puede enfrentarse con éxito a sectores sindicales que desde hace mucho tiempo hacen de la extorsión una rutina.
La idea de que gobiernan los rudos pudo haber tenido un efecto favorable para frenar la tensión y los paros salvajes en el sector aeronáutico derivados de la iniciativa oficial de privatizar Aerolíneas Argentinas. Tras la decisión del gobierno nacional de despedir a 15 trabajadores de la empresa estatal Intercargo y de anunciar la desregulación del servicio de rampa y valijas que presta esta compañía, los gremialistas aceptaron postergar la discusión salarial y se comprometieron a no parar mientras se negocie el futuro de la actividad. “De esto se sale laburando y no extorsionando. Se acabó la extorsión en la Argentina”, enfatizó ayer Milei.
El Presidente se siente cómodo ante al conflicto. Especialmente cuando lo enfrenta con sectores sindicados de vivir de privilegios del Estado. Y todo indica que cuando asoman indicadores de mejoría en la economía, se potencia el estilo pendenciero del primer mandatario.
Es lo que se vio durante esta última semana, en la que a la fuerte caída del riesgo país, a la inesperada revaluación del peso frente al dólar, a la desaceleración inflacionaria y a otros indicadores económicos que le han permitido al Gobierno anunciar el fin de la recesión, se ha sumado un hecho que alimentó la euforia oficial: la victoria electoral de Donald Trump. Al tiempo que festejó ese resultado, Milei se apuró a gestionar un encuentro personal con el próximo presidente de los Estados Unidos.
La favorable reacción de los mercados en la Argentina, expresada en la suba de los bonos locales, podría indicar que el triunfo del candidato republicano beneficiaría a nuestro país, particularmente por la buena relación que une a Milei y Trump. Si bien es cierto que las estadísticas de los últimos años señalan que el comercio internacional tiende a incrementarse entre países amigos y a disminuir entre naciones no alineadas geopolíticamente, de acuerdo con distintos analistas, el beneficio del resultado electoral estadounidense para la Argentina no se vería por el lado de una mayor apertura comercial. Sobre todo, si se tiene en cuenta que Trump viene prometiendo subas de aranceles a las importaciones y otras medidas proteccionistas. En cambio, sí podrían verse beneficios por el lado de la promoción de inversiones de empresas norteamericanas en nuestro país.
Del mismo modo, la expectativa del gobierno argentino es que el futuro presidente estadounidense contribuya a destrabar la posibilidad de una ayuda adicional del Fondo Monetario Internacional (FMI), teniendo en cuenta que Estados Unidos es el socio más importante en este organismo financiero, con un 16% de participación y que ya la última administración de Trump había en su momento intervenido favorablemente para que el gobierno de Mauricio Macri pudiese acceder a un acuerdo con el FMI, pese a la resistencia de otros países miembros.
El hecho de que Trump se haya impuesto en las urnas sobre Kamala Harris a pesar de su peculiar estilo confrontativo y plagado de violencia verbal fue destacado por quienes en La Libertad Avanza defienden la falta de buenos modales del presidente argentino, sembrando indirectamente un temor: que el éxito de Trump pueda alentar la profundización de los gestos de intolerancia que Milei viene manifestando hacia el periodismo crítico. Las primeras repercusiones del resultado electoral estadounidense en la Casa Rosada fueron precisamente en esa dirección. Llamó la atención, en ese sentido, que el jueves último, el presidente argentino destacara públicamente su complacencia por la supuesta compra de la cadena CNN por el magnate Elon Musk. “Van a ver que se va a hablar un poquito mejor de lo que haga Trump, porque hoy Elon Musk se compró ese bastión woke inmundo que era CNN”, sostuvo Milei. “Ahora vamos a tener no solo la libertad en (la red social) X sino que, además, vamos a tener una cadena que no sea tan socialista, tan zurdita”, agregó, antes de que CNN saliera a desmentir semejante rumor propagado por el jefe del Estado argentino.
Está visto que el estilo confrontativo de Milei no cede ni cuando los indicadores de la economía se sitúan en el mejor momento de su gestión, ni cuando crece su imagen favorable en la opinión pública, como parecen refrendarlo recientes sondeos.
La última encuesta de Giacobbe & Asociados muestra que la imagen positiva de Milei repunta después de cuatro meses seguidos de caída. Este estudio, realizado desde el 29 de octubre hasta el 1° de noviembre entre 2500 personas relevadas a través de dispositivos móviles, le otorga al Presidente un 50,5% de opiniones positivas y un 40% de opiniones negativas, además de un 8,4% de opiniones regulares. Se trata de una mejora de ocho puntos con respecto a la medición concluida el 30 de septiembre, en la que Milei tuvo una imagen favorable del 42,2% y una desfavorable del 46,2%.
Cuando la encuesta propone a los consultados evaluar el grado de cumplimiento de las promesas electorales del Presidente, ordenar la calle (44,2%), achicar el Estado (42,2%) y combatir la inflación (41%) son los aspectos más valorados por la población. Por el contrario, la reactivación económica (19,4%), combatir la casta política (17,9%) y corruptos presos (4,7%) son las promesas percibidas como más lejos de haberse cumplido.
En las últimas horas, se conocieron datos de otra encuesta, efectuada por D’Alessio Irol y Berensztein entre 1118 encuestados el 28 y el 29 de octubre en forma online en todo el país. Ente sus principales conclusiones, se destacan las siguientes:
- La evaluación positiva de la situación económica actual respecto del año pasado mejoró 5 puntos frente al mes anterior, con un 42%. Se trata de un valor que se explica por una recuperación del optimismo de los votantes de La Libertad Avanza (69%) y un pesimismo estable entre los votantes de Unión por la Patria (91% cree que está peor).
- Con respecto a las expectativas económicas para 2025, las perspectivas de mejoría continúan superando a las de empeoramiento. El 48% de la población cree que la economía estará mejor dentro de un año, en tanto el 47% evalúa que estará peor. En el caso de los votantes de La Libertad Avanza, el porcentaje de quienes creen que estará mejor llega al 80%, mientras que entre los votantes de Unión por la Patria el pesimismo alcanza el 85%.
- Consultados sobre su situación económica particular, triunfó el pesimismo, con un 58% que juzgó que se encuentra peor que el año pasado. Sin embargo, ese valor representa una mejoría respecto de agosto, cuando un 63% manifestó malestar sobre su situación personal.
- En cuanto a la gestión del gobierno de Milei, en su onceavo mes de mandato, el 47% lo aprueba frente al 50% que lo desaprueba. Claro que, entre los votantes de La Libertad Avanza, la aprobación de la gestión experimentó una recuperación de 9 puntos, volviendo a valores similares a los del comienzo de gestión (81%).
- Repecto de la imagen personal de Milei, D’Alessio Irol y Berensztein le dan una percepción positiva del 41% (un punto menos que en septiembre) y una negativa del 55% (tres puntos más que en septiembre).
En conclusión, las encuestas todavía indican que para la mayor parte de la ciudadanía, la carga del ajuste sigue recayendo más sobre la gente que sobre la casta política. De ahí que cada vez que surge un conflicto político o una medida de fuerza gremial que involucren a sectores sindicados como parásitos del Estado, Milei encuentra un resquicio para avanzar en su batalla cultural y recuperar apoyos en la opinión pública. Lo ocurrido con los paros en el sector aeroportuario es un nuevo indicador de que el Presidente se siente cómodo en el conflicto.
LA NACION