Instituto volvió a festejar: crónica de un triunfo ante Argentinos “made in” La Agustina
Gloria, levántate y anda. Porque todavía hay vida para un equipo que si bien volvió a mostrar sus limitaciones futbolísticas suplió con garra y un golazo muchas de las falencias que lo habían metido en un bache por demás doloroso.
De esta manera, Instituto se sacó la mufa y le ganó por 1 a 0 a Argentinos Juniors para recuperar la sonrisa y volver a meterse en la pelea por ingresar a la Copa Sudamericana. Se puso a tres puntos cuando todavía quedan 12 en juego.
Está claro que no será fácil y que habrá que jugar mejor que anoche para que el sueño se haga realidad. Pero también es cierto que un volantazo así puede ser el envión anímico que el equipo necesitaba para encarar con mayor confianza la recta final.
Ya sin el DT Diego Dabove, la Gloria salió a la cancha con Daniel Jiménez y Bruno Martelotto como entrenadores interinos, que seguramente se ganaron un poco más de crédito y le darán a los dirigentes más tiempo para que busquen tranquilos otro entrenador.
Pero volviendo al partido de anoche, hay que destacar que el primer tiempo fue un bodrio. Si bien Instituto intentó salir a jugar al ritmo de su gente con la idea de llevarse puesto al rival, solo se quedó en esa buena intención.
Prácticamente no hubo tiros al arco ni de un lado ni del otro. La Gloria apenas tuvo aproximaciones. En una de ellas Batallini bajó una buena “bocha” que Suárez no llegó a impactar.
Y como muestra de lo poco que generó el Albirrojo en esa primera etapa hay que remarcar que “el Ruso” Rodríguez casi que no tocó la pelota.
Fue así que el “movete, Gloria movete” de la gente derivó en el clásico canto de bronca cuando terminó la primera etapa. De esta manera el “jugadores, la c… de su madre, a ver si ponen huevos” bajó desde los cuatro costados.
En ese primer tiempo, Instituto fue un equipo nervioso, impreciso, que jugó al borde del error y con muchas imprecisiones. Y para que el combo negativo sea completo, Alarcón pidió el cambio por lesión. Del otro lado Argentinos tampoco demostró demasiado aunque fue un tanto más prolijo con la pelota. De todos modos el 0 a 0 le sentaba bien al partido a esa altura.
Vamos los pibes
Cada partido suele tener momentos claves. Decisiones que hacen que la moneda caiga de un lado o del otro. Y esta vez cayó del lado de Instituto cuando la dupla técnica decidió mover sus fichas y jugársela por dos pibes del club.
Iban apenas 12 minutos cuando mandaron a la cancha a Gregorio Rodríguez y Jeremías Lázaro, los encargados de cambiarle la cara al equipo.
“Grego” entró fresco y le sacó provecho a su velocidad, su mayor virtud. Desbordó a todo ritmo y mandó un centró al área que “Jere” conectó bien para poner el 1 a 0. El pibe metió su primer gol como profesional y se emocionó hasta las lágrimas.
Y, a partir de allí, la cancha fue una fiesta de principio a fin. El minuto “18″ llegó acompañado por un sinfín de fuegos artificiales que acompañaron el carnaval que por ese momento había en Alta Córdoba.
Pero nada fue un trámite. Hubo que sufrir, como casi siempre. Argentinos tuvo un par claras y coqueteó con un empate que nunca llegó.
Así, Instituto se abrazó a un triunfazo que lo deja “con vida” y que lo vuelve a poner en carrera. Y, fiel a su historia, lo hizo de la mano de sus pibes, que nunca lo dejan a pata.
La Voz
Gloria, levántate y anda. Porque todavía hay vida para un equipo que si bien volvió a mostrar sus limitaciones futbolísticas suplió con garra y un golazo muchas de las falencias que lo habían metido en un bache por demás doloroso.De esta manera, Instituto se sacó la mufa y le ganó por 1 a 0 a Argentinos Juniors para recuperar la sonrisa y volver a meterse en la pelea por ingresar a la Copa Sudamericana. Se puso a tres puntos cuando todavía quedan 12 en juego. Está claro que no será fácil y que habrá que jugar mejor que anoche para que el sueño se haga realidad. Pero también es cierto que un volantazo así puede ser el envión anímico que el equipo necesitaba para encarar con mayor confianza la recta final. Ya sin el DT Diego Dabove, la Gloria salió a la cancha con Daniel Jiménez y Bruno Martelotto como entrenadores interinos, que seguramente se ganaron un poco más de crédito y le darán a los dirigentes más tiempo para que busquen tranquilos otro entrenador. Pero volviendo al partido de anoche, hay que destacar que el primer tiempo fue un bodrio. Si bien Instituto intentó salir a jugar al ritmo de su gente con la idea de llevarse puesto al rival, solo se quedó en esa buena intención. Prácticamente no hubo tiros al arco ni de un lado ni del otro. La Gloria apenas tuvo aproximaciones. En una de ellas Batallini bajó una buena “bocha” que Suárez no llegó a impactar.Y como muestra de lo poco que generó el Albirrojo en esa primera etapa hay que remarcar que “el Ruso” Rodríguez casi que no tocó la pelota.Fue así que el “movete, Gloria movete” de la gente derivó en el clásico canto de bronca cuando terminó la primera etapa. De esta manera el “jugadores, la c… de su madre, a ver si ponen huevos” bajó desde los cuatro costados. En ese primer tiempo, Instituto fue un equipo nervioso, impreciso, que jugó al borde del error y con muchas imprecisiones. Y para que el combo negativo sea completo, Alarcón pidió el cambio por lesión. Del otro lado Argentinos tampoco demostró demasiado aunque fue un tanto más prolijo con la pelota. De todos modos el 0 a 0 le sentaba bien al partido a esa altura. Vamos los pibesCada partido suele tener momentos claves. Decisiones que hacen que la moneda caiga de un lado o del otro. Y esta vez cayó del lado de Instituto cuando la dupla técnica decidió mover sus fichas y jugársela por dos pibes del club. Iban apenas 12 minutos cuando mandaron a la cancha a Gregorio Rodríguez y Jeremías Lázaro, los encargados de cambiarle la cara al equipo.“Grego” entró fresco y le sacó provecho a su velocidad, su mayor virtud. Desbordó a todo ritmo y mandó un centró al área que “Jere” conectó bien para poner el 1 a 0. El pibe metió su primer gol como profesional y se emocionó hasta las lágrimas. Y, a partir de allí, la cancha fue una fiesta de principio a fin. El minuto “18″ llegó acompañado por un sinfín de fuegos artificiales que acompañaron el carnaval que por ese momento había en Alta Córdoba.Pero nada fue un trámite. Hubo que sufrir, como casi siempre. Argentinos tuvo un par claras y coqueteó con un empate que nunca llegó. Así, Instituto se abrazó a un triunfazo que lo deja “con vida” y que lo vuelve a poner en carrera. Y, fiel a su historia, lo hizo de la mano de sus pibes, que nunca lo dejan a pata.