El estado de Massachusetts dio inicio el pasado miércoles a una serie de modificaciones en su sistema de refugios de emergencia, con el objetivo de reducir costos y optimizar el uso de recursos. Estas reformas buscan, principalmente, limitar el uso de hoteles y moteles como alojamientos temporales y se inscriben en un contexto donde el esquema enfrenta un gasto anual cercano a los US$1000 millones.

Como publicó Mass Live, Maura Healey, gobernadora demócrata, justificó las medidas al afirmar que el sistema actual se tornó “insostenible”, ya que alberga tanto a residentes permanentes del estado como a inmigrantes recientes. Los cambios también incluyen propuestas legislativas para aumentar la asistencia en alquiler, crear fondos de reserva para emergencias de vivienda y reducir la duración de las estadías en refugios tradicionales.

Cómo se reorganiza el sistema de refugios en Massachussets

Las nuevas normas establecen dos categorías principales para las familias que ingresan al sistema de refugios: el “Refugio Rápido” y el “Refugio Puente”. En el primer caso, se busca brindar alojamiento por un plazo de aproximadamente 30 días a familias que tienen mayores posibilidades de lograr una transición rápida hacia una vivienda permanente y autosuficiente. Por otro lado, el Refugio Puente estará destinado a aquellas familias con necesidades más complejas, como mujeres en etapas avanzadas de embarazo o personas con discapacidades. A estas se les ofrecerá un periodo de estadía máximo de seis meses.

En paralelo, se anunció que a partir del próximo año se eliminarán gradualmente los hoteles y moteles como alternativas de alojamiento de emergencia. Este proceso, que se extenderá hasta el presupuesto fiscal de 2026, contempla una comunicación anticipada a las comunidades y a las familias afectadas, junto con el trabajo de los proveedores para garantizar una transición hacia viviendas seguras y estables.

Resultados preliminares y contexto legislativo

Desde que comenzaron las reformas en noviembre, la administración Healey señaló remarcó que se observaron ciertos avances. Según informó, el sistema de refugios logró mantenerse estable. Dijo que se evitó un crecimiento que, de no haberse implementado las medidas, podría haber alcanzado a 13.000 familias en junio pasado. En la actualidad, el sistema atiende a unas 7.500 familias.

No obstante, para consolidar los cambios se requiere la aprobación legislativa de un presupuesto suplementario que aún está pendiente de presentación. Este plan busca, entre otras medidas, recortar la duración promedio de estadías en refugios a largo plazo de nueve meses a seis, solicitar 400 millones de dólares para mantener el sistema operativo hasta el presupuesto fiscal de 2025 y ajustar el programa HomeBASE, destinado a apoyar a familias elegibles para asistencia de emergencia.

Un problema federal con impacto local

El gobierno de Healey enfatizó que el aumento en los costos del sistema se vincula directamente con el incremento de familias migrantes que llegan al estado. Aproximadamente el 65% de las familias atendidas son residentes de larga data en Massachusetts, mientras que el resto corresponde a nuevos migrantes con estatus legal en los Estados Unidos. Frente a esta situación, Healey destacó que “se necesita hacer más para que los contribuyentes de Massachusetts no sigan siendo responsables de este problema federal”.

Mientras tanto, las estrategias estatales se desarrollan en un clima político nacional tenso respecto de la inmigración, con expectativas sobre cómo estas políticas podrán adaptarse a futuros cambios en el gobierno federal.

LA NACION