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San Lorenzo, un grito desesperado de la tribuna a los jugadores y de los jugadores a los dirigentes: “situación terminal”

Una vez más, a San Lorenzo le tocó salir a jugar en medio de un volcán en ebullición. A los conocidos problemas económicos del club de Boedo, hubo que sumarle este viernes el conflicto por la suspensión de la Asamblea de Socios del club. ¿Qué sucedió? En la previa del partido con Tigre, los socios azulgranas se iban a reunir en el Polideportivo azulgrana para votar el balance correspondiente a la temporada 2023/24, pero hubo incidentes porque se corrió la versión de que iban a vender a futbolistas de las inferiores para saldar parte de la deuda con el plantel. Por eso, en el Nuevo Gasómetro, cuando los equipos salieron al campo de juego se escucharon gritos de guerra como “¡Los pibes no se venden!”, además de criticar a los jugadores tildándolos de “mediocres” y pidiendo que “se vayan todos”, este último mensaje -sobre todo- apuntando a los dirigentes encabezados por el presidente Marcelo Moretti. La derrota ante Tigre por 1-0 potenció la bronca.

Tan convulsionado está el clima en San Lorenzo que el equipo, pese a ser local, tuvo una actitud pasiva: le cedió campo y pelota al rival y trató de hacerse fuerte recuperando en su terreno para salir de contraataque. Hasta Iker Muniain estuvo lejos del buen nivel mostrado en el segundo tiempo ante River, en el Monumental. El balón lo manejó con libertades el equipo de Sebastián Domínguez (controlando 60-40 el porcentaje de la posesión), que llegaba a este encuentro en baja, también con dificultades desde el juego y los resultados.

Eric Remedi, de San Lorenzo, hace un pase ante Tomás Galván, de Tigre

El Vasco, elegido no bien llegó Russo como el capitán del equipo, hizo amonestar a Nehuén Paz y tuvo movilidad para intentar ser nexo, pero casi no pudo participar ofensivamente. Eso sí: ejecutó el córner que finalizó en el cabezazo de Vombergar que desvió Zenobio. Su continuidad para 2025 estaba encaminada, pero la difícil realidad futbolística y económica lo incluye en el gran signo de interrogación.

La primera chance de peligro llegó con un zurdazo cruzado de Sebastián Medina que se fue cerca del palo izquierdo de Orlando Gill. El arquero paraguayo de 24 años hizo su presentación porque Miguel Russo -preocupado por las últimas actuaciones- necesitaba otro tipo de respuestas de los jugadores. Por la misma razón Ezequiel Cerutti empezó sentado en el banco y tuvo su posibilidad Matías Reali. No la aprovechó. Alexis Cuello y Nahuel Bustos también estuvieron como alternativas y el 9 titular fue Andrés Vombergar. Cuello y Cerutti habían arrancado con el pie derecho en el ciclo de Russo, pero se fueron desinflando. Hasta Romaña, uno de los más regulares en todo el año, venía de hacer el gol en contra ante Argentinos.

Lo mejor del partido

Las señales no eran buenas, tampoco adentro de la cancha. Russo no paró de dar indicaciones incluso antes de la media hora inicial. Y Gonzalo Luján se hizo amonestar infantilmente a los 35 minutos del primer tiempo por tirar la pelota lejos luego de cometer una infracción. Una muestra de que el clima de tensión arrastra a los futbolistas. Lejos de animarlos, los ata, los condiciona, les aumenta el temor al error.

Y si algo le faltaba al Ciclón era sufrir la baja de Jhohan Romaña por lesión. El central colombiano pidió el cambio a los 38, luego de un esfuerzo en un pique ante Medina. Lo reemplazó Gastón Campi, uno de los cuestionados por el hincha. ¿Algo más? Sí, a los 16 minutos del segundo tiempo se fue bien expulsado Luján por un patadón a Medina.

Orlando Gill se presentó en el arco de San Lorenzo

Tigre ya comenzó un profundo recambio. El DT Domínguez resolvió que no continúen ocho futbolistas y se espera que lleguen alrededor de 12 refuerzos. Su objetivo seguirá estando en evitar el descenso, ahora que volverán para el 2025.

Russo movió el banco: adentro el Pocho Cerutti y Nahuel Barrios por Reali y Leguizamón, respectivamente. Pero la expulsión de Luján condicionó todo: ingresó Herrera para rearmar la última línea y el técnico local se quedó sin ventanas para más modificaciones. Martín Garay, la figura de la cancha, anotó un golazo tras un centro pinchado de Maroni desde la izquierda al punto penal. Todo nació en una recuperación alta de Santiago González (otra de las figuras) ante Cerutti en un inicio de contraataque.

“San Lorenzo está en una situación casi terminal, hemos puesto dinero muchos dirigentes. Vamos a hacer un presupuesto más austero. Le pido perdón al hincha por este presente deportivo. Vinimos a sanear el club y hacer el estadio en Boedo”, dijo el presidente Marcelo Moretti luego de los incidentes en la asamblea de socios. La crisis está dentro y fuera de la cancha, en cada rincón. Todo el Ciclón es un grito desesperado en busca de ayuda.

LA NACION

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