Milei calificó a Maduro como “dictador criminal” y avanzan las gestiones para liberar al gendarme detenido
El presidente Javier Milei calificó a Nicolás Maduro como “dictador criminal” mientras avanzan las gestiones ante la OEA (Organización de los Estados Americanos) y la ONU (Naciones Unidas), además de contactos con Brasil, para liberar a Nahuel Gallo, el gendarme argentino detenido en Venezuela días atrás tras ser acusado de estar a cargo de una “misión”.
En un acto en el Colegio Militar, Milei denunció que Gallo fue detenido “por el único delito de visitar a su pareja y su hija” y sentenció: “Exigimos su liberación inmediata y agotaremos todas las vías diplomáticas para devolverlo sano y salvo a la Argentina”.
Gallo era reclamado por la Argentina desde el 8 de diciembre, pero recién este lunes el régimen venezolano confirmó, a través del ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, que el gendarme se encuentra detenido porque había ido a “cumplir una misión”, ya que en sus redes sociales hay fotos que darían cuenta de que viajaba “por todo el mundo” con un sueldo de “500 dólares”.
Ante esta situación, y con las relaciones diplomáticas quebradas con Venezuela, el canciller Gerardo Werthein afirmó que se hicieron “todas las gestiones posibles” ante la OEA y la ONU, aunque consideró necesario que el presidente de Naciones Unidas se ocupe “personalmente” del caso y ponga “manos a la obra”, “en vez de promover resoluciones políticamente inclinadas”.
Werthein también indicó que piden la intermediación de Brasil para repatriar a Gallo. El país gobernado por Lula Da Silva está a cargo de la embajada argentina en Caracas, que se encuentra sitiada y sin suministro eléctrico, y le da asilo desde hace nueve meses a seis refugiados que responden a la líder opositora María Corina Machado.
Por su parte, Fernando Soto, director de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad, dijo que también analizan realizar presentaciones ante el Tribunal Internacional de La Haya y la Corte Penal Internacional porque la detención de Gallo es “un delito de lesa humanidad, que es desaparición forzada de personas”. Soto también sugirió que Cancillería también podría recurrir al Vaticano.
En paralelo a las gestiones, el Gobierno refutó a Cabello. “Es totalmente falso lo que dice. Los informes de la Dirección de Migraciones no muestran que haya viajado por todo el mundo. Él estaba radicado en Uspallata y solo ha hecho viajes a Chile”, declaró Werthein, y aclaró que Gallo había ido a Venezuela a “visitar” a su esposa e hija cuando fue “detenido arbitrariamente”.
En esa misma línea, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, advirtió que Cabello, mano derecha de Maduro, profirió “mentiras totales y absolutas” sobre Gallo. “Las fotos que tiene en su Instagram son de Catamarca y Chile. Se ve que (Cabello) es bastante ignorante”, remató.
La hipótesis que sembraron los funcionarios argentinos es que el gobierno de Maduro “acumula rehenes” de cara a su asunción, el 10 de enero, como “moneda de cambio” y método de “extorsión” para que los países reconozcan su autoridad, después de una elección calificada como fraudulenta.
“Esto no se puede tolerar. Que se lleven a un visitante argentino y traten de falsear la información es una metodología de intentar perpetuarse a pesar de todo y todos los venezolanos”, sentenció Werthein.
A su vez, cuestionó: “¿Qué podemos esperar de Venezuela, que no es un Estado de derecho? Tenemos una situación de violencia y terror psicológico que está asediando a personas que cometieron, como crimen, decidir políticamente. Por ser disidentes están aterrados. ¿Cuánto más hay que tolerar? ¿No alcanza con falsear resultados? ¿No alcanza con que se violen todos los derechos humanos?”.
En este contexto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, recomendó a los argentinos no viajar a Venezuela. “Es irracional que uno se vaya a meter en una dictadura que le ha hecho un daño horrible al pueblo venezolano. Uno no debe acercarse a esas dictaduras”, sostuvo, y agregó que se están haciendo “todos los esfuerzos” para liberar al gendarme.
La Voz