Real Madrid campeón de la Copa Intercontinental, con récord para Ancelotti y un gol de Mbappé en el mismo arco de los tres de la final del Mundial
Sea en su versión Mundial de Clubes o en la ahora resucitada Copa Intercontinental por la FIFA, la hegemonía de Europa sobre el continente americano (Conmebol o Concacaf) se extiende. Su concentración de talento individual, autóctono o el que le permite comprar su poderío económico de mercados más deprimidos y necesitados de vender, establece diferencias insalvables.
La última evidencia la dio Real Madrid, que además es un especialista en finales. Aunque algunos de sus últimos partidos en la Liga de España y en la Champions League lo mostraron titubeante, le sobró para golear 3-0 a Pachuca y conquistar la cuarta Copa Intercontinental, con lo cual se ubica por encima de Boca, Milan, Peñarol y Nacional, todos con tres. Si se hace una homologación entre la Intercontinental y el Mundial de Clubes (denominación entre 2005 y 2023), Real Madrid se despega más del resto, con un total de siete trofeos.
Hay que remontarse a 2012, con el 1-0 de Corinthians sobre Chelsea, para encontrar el último antecedente de un título sudamericano. Pachuca había goleado en los cuartos de final a un exhausto Botafogo -venía de encadenar la Copa Libertadores y el Brasileirao– y sufrió para eliminar por penales a Al Ahly (Egipto) en las semifinales. En la final, su orden y buen ritmo le alcanzó para mantener a raya a Real Madrid durante los primeros 25 minutos. Pero en cuanto el equipo de Carlo Ancelotti le dio fluidez a las combinaciones y sus individualidades se encontraron en la sintonía de precisión en velocidad, la resistencia mexicana -el ex-Independiente Sergio Barreto estuvo en la zaga central- sucumbió.
El 1-0, a los 37 minutos del primer tiempo, fue una maravilla por técnica, aceleración y resolución. La jugada la inició Federico Valverde -uno de los más destacados en el doble pivote central que formó con Camavinga- y continuó con la asistencia de Jude Bellingham a Vinicius, que con una bicicleta desparramó al arquero Moreno para servirle el gol con un centro atrás a Kylian Mbappé.
Desde ese momento se disolvió la aparente paridad. Real Madrid lo hizo a su manera, con jerarquía, y esa seguridad que transmite en las finales. Son partidos en los que el campeón de la Champions se independiza de las dificultades que arrastra, los juega con un gen especial. Arrancó la temporada levantando la Supercopa de Europa (enfrenta a los monarcas de la Champions y la Europa League) tras superar a Atalanta.
EL resumen de Real Madrid 3 – Pachuca 0
Real Madrid festejó el nuevo título con mesura, sin excesos. Que le adjudique a estas copas una trascendencia y significado inferior al que le dan los sudamericanos –Boca todavía se estremece con el 2-1 a Real Madrid en Tokio 2000- no implica que las juegue distraídamente. No las vive intensamente antes ni después, pero las afronta con seriedad profesional. Y les destina a sus mejores jugadores. Mbappé salía de una lesión y no estaba en su mejor condición física, pero fue titular. Al igual que Rodrygo, que viene de varías recaídas físicas. Los únicos titulares al margen fueron los que están transitando un largo período de recuperación: el lateral Dani Carvajal y el central Militao. “Tenemos un equipazo”, resumió con acierto tras el encuentro Rodrygo, autor de un golazo para el 2-0. El 3-0 fue tras un penal de Vinicius, que 24 horas antes había recibido el The Best al mejor futbolista del año calendario.
La FIFA designó un lugar y una fecha especial para la definición: el estadio Lusail, de Doha, donde hace exactamente hace dos años se disputó la final más emocionante de la historia de los mundiales, con el triunfo de la Argentina por penales tras el 3-3 con Francia. Obviamente, el ambiente fue otro, hubo 62.000 espectadores en un escenario que el 18 de diciembre de 2022 hirvió con los miles de argentinos que ayudaron a completar su capacidad para 89.000 personas.
Mbappé se reencontró con referencias conocidas. Marcó en el mismo arco que le hizo tres goles (dos de penal) a Dibu Martínez. Aun bajo observación por rendimientos que no convencieron, Mbappé está cumpliendo con la exigencia de ser decisivo en los partidos que definen títulos. Convirtió en las dos finales que disputó vestido de blanco, cuando debutó por la Supercopa de Europa y este miércoles. Asume su rol de individualidad diferencial: entre PSG, Real Madrid y el seleccionado de Francia, hizo ocho goles en las últimas siete finales.
Real Madrid obtuvo el segundo de los siete títulos que disputará esta temporada. Mucha presión para Carlo Ancelotti, que el día anterior recibió el premio The Best de la FIFA al mejor entrenador del año. El italiano se vuelve de Qatar con otro honor: se convirtió en el director técnico con más títulos (15) en la historia del club. Superó los 14 de otro mito en Chamartín: Miguel Muñoz. “¡Son muchos!”, exclamó Carletto sobre el césped del Lusail cuando le recordaron su palmarés en Real Madrid. “Estoy muy feliz, es un éxito”, agregó, sin perder la modestia.
El desglose de los éxitos de Ancelotti abarca dos etapas. Entre 2013 y 2015 ganó cuatro y el resto, desde julio de 2021. En cuanto a la distribución por competencias, tiene dos Ligas de España, tres Champions League, tres Mundial de Clubes/Copa Intercontinental, dos Copas del Rey, tres Supercopa de Europa (a un partido) y dos Supercopa de España.
Del amplio catálogo de conquistas para elegir, Ancelotti se queda con dos: “La Décima fue especial para mí y para el Madrid”. En ese partido de 2014, Sergio Ramos consiguió en el descuento de los 90 minutos el 1-1 frente al Atlético de Diego Simeone; luego arrasó en el suplementario, hasta redondear un 4-1, con Ángel Di María elegido por la UEFA como MVP. “También la Champions en París”, agregó Carletto, en referencia al 1-0 (gol de Vinicius) sobre Liverpool en 2022.
Muy consustanciado son su perfil de gestor sereno y repleto de sentido común para armonizar un vestuario repleto de figuras, Ancelotti se restó importancia en la consecución del récord: “Quiero ser honesto. Ganar títulos en el Real Madrid es más sencillo que en otros sitios: hay un club fantástico, una afición que empuja y un plantel con los mejores jugadores del mundo”.
LA NACION