Qué significa soñar que se desaprueba un examen o se llega tarde al colegio
“Es el final del semestre. De repente me doy cuenta de que hay una clase a la que me olvidé de asistir y ahora tengo que rendir el examen final. Me despierto en pánico, mi promedio está en peligro. ¿Cómo pude haber hecho esto?¿Por qué me saboteo a mí misma de esta manera? Ahhh. Es en ese entonces que recuerdo que no he ido a la universidad en más de una década”, relata la autora Kelly Conaboy en un escrito para The Atlantic.
Los sueños, en ocasiones, pueden ser olvidados al despertar; en otros momentos, se puede recordar hasta el más mínimo detalle de lo que pasó por el cerebro durante el estado de ensoñación. Sin embargo, hay ciertos sueños que se vuelven recurrentes o repetitivos que generan confusión en lo que respecta a su significado. Sentirse que uno se está cayendo hacia el vacío, pensar que es perseguido o que debe rendir un examen son algunos de los más frecuentes. Inclusive, según el Typical Dream Questionnaire, los sueños en los que se presentan circunstancias relacionadas con rendir pruebas o asistir al colegio/universidad aparecen en el top 5 de los más recurrentes luego de los de persecuciones, caídas y los de deseo sexual.
Durante siglos, la gente ha reflexionado sobre el significado de los sueños. Algunas civilizaciones llegaron a pensar que estos eran situaciones que mediaban entre el mundo terrenal y el de los dioses. Los griegos y los romanos estaban convencidos de que los sueños tenían poderes proféticos; por otro lado, los antiguos egipcios los consideraban como una forma diferente de ver, llegando a tener “soñadores entrenados” que servían como videntes para ayudar a planificar batallas y tomar decisiones estatales.
Para Maxi McCoubrey (M.P. 52229), psicólogo clínico y psicoterapeuta, es fundamental entender que en términos culturales el sueño recibe una interpretación que varía según la época, la cultura y el paradigma al que uno se adhiere. “Siempre tuvieron un carácter significativo en la historia de la humanidad”, destaca.
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No obstante, no fue recién hasta finales del siglo XIX que Sigmund Freud y Carl Jung propusieron algunas de las teorías modernas más conocidas sobre los sueños. Para el padre de la psicología (Freud), este estado de somnolencia revela un anhelo reprimido, es decir, soñar permite detectar los deseos reprimidos no resueltos.
“Con Freud se descubrió que los sueños develan, de manera condensada y desplazada, algo oculto en el inconsciente. La persona intenta elaborar -aun durmiendo- lo que lo aqueja o angustia”, explica McCoubrey. A la vez añade que hoy desde la neurociencia se sabe y se ha comprobado que esta antigua hipótesis del padre de la psicología es así, “el cerebro sigue trabajando incluso cuando está en la fase de sueño”, sostiene.
William Dement, doctor y profesor de la Universidad de Stanford, también conocido como el “padre de la medicina del sueño”, cree que los sueños contienen mensajes personales y están vinculados a las emociones y al estado de ánimo de una persona.
En su libro The Committee of Sleep, la autora e investigadora de sueños de Harvard, Deirdre Barrett, define los sueños como “nuestro cerebro pensando en un estado bioquímico muy diferente”. De esta manera y según escribe la especialista, cuando alguien está soñando, las áreas visuales y emocionales de su cerebro tienden a estar más activas, mientras que las áreas verbales están menos activas y el razonamiento lógico lineal se reduce demasiado”.
Los sueños son el primer eslabón de una serie de formaciones psíquicas (…) su valor es más teórico que práctico y nos pueden ayudar a explicar la génesis de las fobias, neurosis e ideas obsesivas (…) Cada sueño se revela como una formación plena de sentido a la que cabe asignar un lugar preciso en la actividad consciente
-Sigmund Freud en La interpretación de los sueños (Vol. 267)
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Para muchas personas, su tiempo en la escuela estuvo lleno de ansiedad y miedo. Como tal, estos tipos de sueños pueden reflejar los miedos actuales que se tienen en la vida real. A gran parte de la población estudiantil le aterra presentarse a rendir un examen por lo que no suena extraño escuchar que alguien fantasea durante las noches con que llega tarde al colegio, debe rendir y no estudió o reprobó una instancia evaluadora.
Según McCoubrey, cuando se presentan estas reiteraciones, el sueño llama a la interpretación de dos maneras: 1) acerca de las imágenes que se reproducen en el sueño y 2) respecto a cómo la persona habla de esas imágenes, es decir, el discurso empleado para revivirlo. “Es como si se procesara lo que se vivió como si fuese una obra de arte que mezcla y fusiona el pasado y el presente. Es biológicamente una actividad que pone en marcha el sistema nervioso para descargar”, enfatiza.
En sintonía con lo mencionado, la psicóloga Ludmila Bosco (M.N. 65449) explica que estos sueños que son reiterativos están íntimamente relacionados con el inconsciente. “Están ahí porque a veces se relacionan con temáticas conflictivas para el ‘yo’ -térmico psicológico que hace referencia a la parte consciente del individuo- entonces como defensa, el psiquismo las envía al inconsciente”, desarrolla.
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Añade Bosco que para el psicoanálisis, aquellos temas que fueron traumáticos o no elaborados en la experiencia vital, vuelven en sueños para “entrar en el relato de la vida actual”. Específicamente, los que están relacionados con situaciones académicas tienen significado, pero no es el mismo para todos. “La connotación se construye en el espacio terapéutico con el relato de quien ha soñado y la interpretación del profesional que tiene las herramientas para decodificarlo”, dice.
“Los sueños en los que se debe rendir un examen son muy comunes y recurrentes y pueden estar relacionados con situaciones en las que uno está inseguro sobre los recursos que tiene o no sabe si va a poder lidiar o resolver algo determinado”, explica Bosco. Asimismo agrega la profesional que es normal en estos sueños usar la figura de un “sujeto supuesto al saber” -término psicológico que hace referencia a quien determinará si uno está capacitado- y por ende, otorgarle el poder a esa figura.
Respecto a cómo enfrentarlos si uno se levanta angustiado o preocupado, McCoubrey dice que hablar o narrarle el sueño a alguien sirve para aflorar el malestar e intentar decodificar alguna de las varias interpretaciones posibles. Para el especialista también está la posibilidad de convertirlo en algo positivo. “Hay que anotarlos, hacer un collage de palabras, de dibujos o sentarse a meditar con un papel sobre ese sueño que nos movilizó. Entender que si provoca angustia está bien, que es simplemente un mecanismo del sistema nervioso para sacar aquello que debe salir”, expone.
Por último, advierte que si uno tiene sueños demasiado traumáticos, siniestros o trágicos es fundamental consultar con un médico para saber si se necesita una derivación psicológica o neurológica ya que el sueño “puede alterar el normal funcionamiento del dormir y no poder descansar altera todas las funciones vitales del cuerpo”, concluye.
LA NACION