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Torre Eiffel: por qué casi fue demolida, cómo la pintan, cuánto factura y más curiosidades del monumento más visitado del mundo

En segundo piso tiene dos niveles y vistas increíbles.

Ya lo dijo Roland Barthes, semiólogo, en 1964. “Ella es el signo puro, abierto a todas las épocas, a todas las imágenes y a todos los sentidos, la metáfora desenfrenada”. Hablaba de la Torre Eiffel, el monumento más visitado de todos los tiempos, un emblema de la modernidad que, estoico y descomunal, no pierde vigencia. Y pensar que debió haber estado en pie solo 20 años para una exposición, pero la salvó la insistencia de Gustave Eiffel, el empresario que la soñó y la defendió.

La Torre durante la construcción.

La Torre Eiffel nació en 1889, pero fue gestada un tiempo antes. En mayo de 1886, en pos de la Exposición Universal de París, que se celebraría tres años después y coincidiría con el centenario de la Revolución Francesa, el gobierno de Marie François Sadi Carnot convocó a un gran concurso. Según lo expuesto en el Boletín Oficial, la propuesta era “estudiar la posibilidad de erigir en el Campo de Marte una torre de hierro de base cuadrada de 125 metros de lado y 300 metros de altura”. Y entre los más de cien proyectos presentados, el del ingeniero y empresario francés, Gustave Eiffel, resultó ganador. Contaba con la firma de sus colegas Maurice Koechlin y Emile Nouguier y el del arquitecto Stephen Sauvestre.

El afiche que anunciaba la Exposición Universal de París de 1889.

Los diarios de la época señalan que el 1 de julio de 1887 comenzó el montaje de los pilares que se terminaría 21 meses más tarde. Las 18.000 piezas que la componían –producidas en la fábrica de Levallois-Perret– fueron diseñadas con precisión absoluta. Las dibujaron un equipo de cincuenta personas, entre ingenieros y arquitectos. Mientras que trecientos obreros se ocuparon de montarlas. La inauguración se celebró el 31 de marzo de 1889, con la presencia estelar de Gustave Eiffel, que subió hasta lo más alto, los 1.710 escalones, para izar una bandera francesa. Ese día, los ascensores todavía no estaban en funcionamiento.

Erigida como la construcción más alta del mundo –lo sería hasta 1929, cuando se inauguró el edificio Chrysler de Nueva York–, la Torre Eiffel atrajo muy pronto la atención del público. Se calcula que, en su primera semana de vida, todavía sin ascensores, unos 30.000 visitantes subieron a pie a lo más alto del monumento.

2 años, 2 meses y 5 días tardó en construirse

Hay 345 escalones desde la planta baja hasta el primer piso y 359, desde el primero al segundo

5 ascensores están al servicio de los turistas y trasportan 3.500 personas por hora

La odisea física de los visitantes sería hasta junio de 1889, cuando se pusieron en marcha los primeros ascensores. Entre la planta baja y el segundo piso, en los pilares Norte y Sur, estaban los ascensores Otis, que fueron desmontados en 1910. Mientras que en los pilares Este y Oeste, estaban los de la empresa francesa Roux, Combaluzier et Lepape, que fueron sustituidos en 1899 por otros de la firma Fives-Lille. Mientras que, desde segundo piso hasta lo más alto se subía por un ascensor denominado Edoux, que era otra máquina hidráulica única para la época.

El ascensor que sube hasta lo más alto de la Tour Eiffel.Los planos de Eiffel, con los detalles y anotaciones.

Foco de críticas por su “aspecto industrial que nada tenía que ver con la belleza de París” y denostada como “una mole de hierro”, la Torre estuvo a poco de ser demolida. Levantada para la Exposición Universal, la concesión que le había sido otorgada a Eiffel terminaba seis años después de su inauguración. Para anticiparse, en 1903, Eiffel le propuso al capitán Gustave Ferrié, estudioso de los usos militares de la telegrafía inalámbrica (TSF, por sus siglas en francés), que usara la Torre para sus experimentos. Siempre comprometido, financió la operación y logró que desde lo más alto se emitieran y recibieran señales de radio a lo largo de 400 kilómetros. Gracias a eso, la cúpula militar francesa autorizó al capitán Ferrié a colocar antenas en la Torre y, el 21 de enero de 1904, el monumento encontró una “excusa” para seguir en pie: se convirtió en estación de TSF.

La vista desde lo más alto de la Tour Eiffel.La Torre Eiffel, desde adentro.

La cosa no quedó ahí. A partir de 1921, una emisora amateur se lanzó a transmitir programas de música y noticias, para que, a partir de 1925, los aficionados captaran las ondas desde sus casas. Con los años, la Torre se convirtió en una emisora, que no solo marcó el devenir radial de la época, sino que también contribuyó al desarrollo de las transmisiones de la televisión francesa. Desde entonces, la Torre Eiffel permanece indiscutida.

Monumental y eterna

Construida con hierro forjado, la Torre Eiffel está hecha para durar para siempre. Sin embargo, necesita buena limpieza y pintura de calidad. Desde que se levantó, se pinta religiosamente casa siete años y a mano. El color que se usa es “marrón Torre Eiffel”, un tono creado especialmente para el monumento y que no se usa para otros edificios públicos. Es un pigmento que se degrada en tres tonos: del más claro de la cima al más oscuro de la base. De todas maneras, no se usó siempre. La Torre también fue más anaranjada, más más rojiza e incluso más amarilla. Cada vez que toca pintarla, una veintena de pintores colgados de arneses la escalan para aplicarle alrededor de 60 toneladas de pintura a sus 250.000 metros cuadrados de superficie. Claro que antes le quitan el óxido y la preparan. Siempre a mano y con pincel.

Gustave Eiffel y compañía, en la cima de la Torre Eiffel, durante la Exposición de París de 1889.

La Torre pesa 10.100 toneladas y mide 330 metros de altura, contando la antena que se instaló en marzo de 2022

20.000 bombitas parpadean e iluminan la Torre por las noches

330.000.000 de personas la visitaron desde su apertura

Para el acceso a la Torre Eiffel, se puede llegar por escalera hasta el segundo piso. Además, en la actualidad hay tres ascensores –con ascensoristas– para subir desde la planta baja hasta el segundo nivel. Están en los pilares Norte, Este y Oeste. Y el trayecto dura menos de un minuto. En el pilar Sur, en tanto, hay otro ascensor que asciende exclusivamente al restaurante Le Jules Verne (con dos estrellas Michelin), y hay un ascensor de servicio, exclusivo para el personal que trabaja en el monumento. Mientras que, para subir desde el segundo piso hasta lo más alto, hay dos ascensores más chicos, también con ascensoristas, que tardan tres minutos.

Venta de souvenirs exclusivos.La Torre está hecha de hierro forjado.En lo más alto de la Torre está la posibilidad de brindar con champagne.

Los ascensores acceden inclinados, a 54 grados hasta el primer piso y a 74 grados hasta el segundo. Los aparatos hidráulicos que hacen andar los ascensores Este y Oeste tienen más de un siglo, se ubican en el subsuelo y se han restaurado e informatizado para seguir funcionando a la perfección.

En el primer piso, que es el más amplio, hay terrazas para eventos especiales y varias atracciones. A 57 metros del suelo, se montó una plataforma con piso de cristal –inaugurada en 2014– que no es apto para quienes sufren vértigo. Además, hay restos de la escalera histórica, que conducía de la segunda planta hasta cima. Tras quedar obsoleta, fue desmontada en 1983. En el primer piso también está el Pabellón Ferrié, con una tienda con suvenires de todo tipo y una vitrina más exclusiva, con productos únicos, confeccionados por la marca Torre Eiffel. Además, están los restaurantes Le Bistrot y Madame Brasserie.

La Torre desde Av. de Camoens.

En la segunda planta, que se divide en dos niveles, hay otras tiendas y el restaurante Le Jules Verne y el Café Gustave. Es un sector de vistas interesantes e ideal para contemplar en detalle cómo está levantada la estructura de la torre.

En la cima, a 276 metros de altura, la sensación es fascinante. Hay dos niveles: uno bajo techo y otro al aire libre. En un sector hay una reproducción de la antigua oficina de Gustave Eiffel -que solía estar en la cima de la Torre-, con figuras de cera. También hay cartelería que da cuenta de la historia del monumento. Hay, además, infografías para calcular en qué dirección y a qué distancia están los monumentos más emblemáticos de las ciudades más importantes del mundo. Hay binoculares para ver edificios, monumentos y el río Sena como desde ninguna otra parte. Y está la opción de comprar una copa de champagne para un brindis memorable.

En la cima hay un sector techado.El río Sena desde la Torre Eiffel.

Increíble también de noche, la Torre Eiffel se ilumina de dorado y emite destellos cada hora durante cinco minutos, mientras desde su faro proyecta una luz. Para calcular a qué hora se prende, bastará con estar atentos a la puesta del sol. La Torre está equipada con sensores que la encienden automáticamente. Por ejemplo, si se hace de noche a las 19.35, el encendido será a los 10 minutos y los primeros destellos a las 20 horas.

La Torre se ilumina de noche y es pura magia.

¿Quién administra la Torre? La SETE (Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel) que es una empresa pública creada en 2005 y cuyo capital pertenece principalmente a la ciudad de París. Tiene un consejo de administración, 400 empleados en planta y otros 400 que son subcontratados de las empresas concesionarias, como los negocios y restaurantes. Se calcula que por año tiene una facturación anual de 118 millones de euros, gracias a los más de 6 millones de visitantes que recibe.

Datos útiles

Torre Eiffel. Las opciones para visitarla son varias. Siempre conviene comprar la entrada con antelación por la web, sobre todo para subir a la cima. Dos meses antes ya se puede reservar. En caso de visita de último momento, se puede sacar hasta tres horas antes por web o en las boleterías, pero habrá fila. Con entrada, hay que presentarse quince minutos antes en la fila verde, porque habrá que atravesar controles de seguridad. Hay que llevar documento. Hasta el segundo piso se puede subir por escalera en solo diez minutos; será más económico y sin tanta espera. En la web se informan las épocas del año y horarios de menor afluencia. Abre todos los días, de 9.15 a 23.45, pero chequear excepciones (por clima y otras cuestiones). Desde € 35,30 hasta la cima. Hay descuentos para menores. 5 Avenue Anatole France. T: +33 8 92 70 12 39

Air France. Opera siete vuelos semanales entre París y Buenos Aires en un Boeing 787 Dreamliner con ventanas más espaciosas que en los modelos más antiguos y con wifi durante todo el viaje. Para clientes Premium y –al igual que Business y La Première– cuenta con SkyPriority (prioridad para el check-in, trámites y embarque). Desde u$s 1.200 ida y vuelta en Economy.

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