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Qué se vio en el primer Boca de Russo y las 5 “decisiones” poco inteligentes de los jugadores para no ganarle a Benfica

Más que mirando a Benfica, el debut de Miguel Ángel Russo en su tercera etapa en Boca pareció estar más enfocado en sintonía con los últimos equipos que armó. El Mundial de Clubes ofrece choques de gala, pero dio la impresión que el entrenador de 69 años proyectó sus primeros pasos pensando más en un comienzo de ciclo que en una “final”, por más que (en la previa) el de este lunes era el encuentro a ganar si el plantel xeneize tenía aspiraciones a clasificarse a los octavos de final. Y estuvo cerca, tuvo más puntos positivos que negativos…, pero estos últimos hipotecaron sus chances para vencer luego de haberse puesto 2-0 y jugar 16 minutos con un futbolista más.

¿Qué se vio del primer Boca de Russo? Desde el sistema y las características de los futbolistas elegidos, el DT pareció recurrir al mismo manual que utilizó en sus últimos ciclos en Rosario Central y San Lorenzo. El dibujo elegido, 4-2-3-1, con laterales que se proyectan al ataque, dos centrales con muchos partidos en primera, dos mediocampistas con roce y juego; tres números 10 (o volantes ofensivos o jugadores con características de delanteros) con técnica para los duelos individuales y velocidad para acelerar; y un 9.

Sorprendió la ausencia de Marcos Rojo, más desde lo futbolístico que institucional, y teniendo en cuenta que el DT hizo una apuesta grande al incluir a Costa desde el arranque, lo mismo con Nicolás Figal (y su inactividad). Pero después ubicó a Advíncula y Lautaro Blanco en los costados; Herrera y Battaglia por el centro; por los costados Zenón a perfil invertido (zurdo sobre la derecha) Velasco lo mismo por la otra banda (diestro sobre la izquierda); Palacios de falso 10, por detrás del 9, Merentiel, quien además tomó la cinta de capitán.

Tomas Belmonte presiona a Florentino Luis de Benfica; el exLanús ingresó bien, tuvo que reemplazar ya en el primer tiempo al lesionado Ander Herrera

En el retroceso y para defender de frente a la pelota, el esquema fue 4-4-2, con Palacios volviendo por la izquierda y Velasco presionando arriba con Merentiel. El ingreso de Toto Belmonte por el lesionado Herrera modificó las características en la línea de volantes centrales (el exLanús es menos técnico pero tiene más recorrido) pero Boca pasó a tener más dinamismo.

El equipo de Rosario Central que le ganó la final a Platense 1-0 por la Copa de la Liga 2023 formó 4-2-3-1 con Broun; Damián Martínez, Mallo, Quintana y Sandez; Kevin Ortiz y O’Connor; Maxi Lovera, Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz; Martínez Dupuy.

El último de Russo en San Lorenzo fue también ante Platense, pero con derrota por las semifinales del torneo Apertura 2025. Otra vez características parecidas (desde lo global) en la conformación del dibujo 4-2-3-1: Gill; Ezequiel Herrera, Romaña, Gastón Hernández y Báez; Tripichio y Perruzzi; Pocho Cerutti, Muniain y Malcom Braida; Vombergar.

El 1-0, centro ensayado para el 9

Claramente hay matices: no se trata de las mismas características pero la intención se asemejó bastante. ¿Qué se vio del primer Boca de Russo? Primero y principal, un equipo más rápido, menos lento y pastoso al que se veía con Fernando Gago. Y con mayor agresividad para recuperar la pelota: las intenciones se vieron de arranque con un sandwich entre Merentiel y Ayrton Costa sobre Di María.

Líneas más juntas, mayor tenacidad para marcar y recuperar la pelota, más velocidad para atacar y más pases para adelante (lo que le había elogiado Russo al futuro refuerzo, Leandro Paredes, en el partido de la selección ante Colombia), más presión ante la pérdida (y colectiva) en los últimos metros, mayor concentración de la línea defensiva: por eso Benfica cayó cuatro veces en offside sólo en la primera etapa.

“Esto es Boca”, suele repetirle Russo a sus jugadores en cada entrenamiento, en cada charla: por eso la presión y el intento por recuperar la pelota con superioridad numérica. También estuvo el mérito del “laboratorio”, de las jugadas preparadas con balón detenido: así llegó el 2-0 y con el mismo libreto pudo haber marcado el 3-1, desde las ejecuciones de Zenón y el juego aéreo de Costa y Battaglia.

La jugada preparada para el 2-0

Otro síntoma notorio fueron los intentos de ataques veloces, con transiciones rápidas: no bien un lateral o volante recuperaba el balón, buscaban rápido a Merentiel. El 9 de Boca fue el primer defensor del equipo, pero también se movió con inteligencia por todo el frente de ataque para ganar espacios o… foules. Y cada lanzamiento largo (de Marchesín o los zagueros) podían tener continuidad en una “segunda jugada” si el primer balón no llegaba limpio.

Así generó Boca la situación de Velasco, que resolvió con un remate desde afuera del área y así fue el gol de Merentiel: de un pelotazo largo de Marchesín para el cabezazo de Palacios, siguió el balón en Lautaro Blanco, pera que tire un caño y meta un centro rasante de esos que llegan con “ventaja” para el delantero.

En el segundo tiempo, Boca (por decisión o presión de Benfica) se defendió más cerca de Marchesin. Y Kevin Zenón apareció muchas más veces como lateral derecho “bis” que como extremo. Pero la segunda modificación de Russo fue Milton Giménez por Velasco. Los otros cambios fueron para refrescar toda la estructura: Zeballos por el acalambrado Merentiel (de un gran desgaste) y Alarcón por Palacios: el equipo pasó al 4-1-4-1 con Marchesin; Advíncula, Figal, Costa y Blanco; Battaglia; Zenón, Belmonte, Alarcón y Zeballos; Milton Giménez.

El penal de Carlos Palacios sobre Otamendi, sobre el final del primer tiempo: marcó mal, primero desde la decisión y luego desde la ejecución

Las 5 decisiones poco inteligentes

Tres decisiones poco inteligentes le pudieron generar a Boca un dolor de cabeza mayor: el casi penal de Figal por ir abajo con vehemencia en la jugada que invalidan por offside, la amonestación de Palacios porque demoró su salida y la jugada no sólo en la que Marchesin salió como lateral derecho sino la posterior intención de pretender levantar esa pelota contra el banderín para rechazar… ¿con una chilena?

La primera decisión poco inteligente fue la que generó el penal de Palacios a Otamendi: va a rechazar con el pie, en lugar de ir cuerpo a cuerpo sobre el adversario (el marcador no necesita imponerse y rechazar la pelota para defender bien, su éxito individual es que el rival no cabecee). Ese tanto trastocó la confianza de un Boca que, hasta ahí, pareció haber hecho casi todo bien desde lo táctico.

El 2-2 no llegó de ese córner tras una mala salida de Marchesin, pero de uno inmediato posterior el envío de Orkun Kökçü encontró un gran cabezazo de Otamendi. La quinta decisión “poco inteligente” fue la expulsión de Nicolás Figal, por tirarle una plancha a Florentíno. Un central de su experiencia (31 años), sabiendo que el árbitro ya había echado a un futbolista de Benfica…

No aprovechó los 16 minutos que jugó 11 vs. 10 y la jerarquía de Benfica le quebró la resistencia de pelota parada. Boca, en el debut de Russo, jugó su mejor partido en mucho tiempo, pero errores del pasado en varios futbolistas no le permitieron irse vencedor.

Cuando Russo calme su bronca, se quedará tranquilo desde lo futbolístico: tiene mucho trabajo por delante, aunque la primera imagen fue más positiva de todo lo que venía mostrando Boca con Gago, Herrón y Diego Martínez.

​El equipo xeneize hacía tiempo que no demostraba un juego tan positivo, aunque mostró fallas individuales cuando estaba 11 vs. 10  LA NACION