Derechos humanos. Santiago Maldonado, a 8 años de una mentira “progre”

La causa Santiago Maldonado es una de las más ensuciadas por el poder político y policial. El juez Lleral venía intentando su cierre definitivo desde hace años. En mayo del 2024, la causa fue reabierta pero hubo pocos avances desde entonces. Apartaron también a Lleral de la causa por su negativa a “producir diligencias” y su “injustificada reticencia” a investigar.
“El pronunciamiento recurrido debe ser inmediatamente revertido, por cuanto no respeta el auténtico sentido de la decisión que emitimos en nuestra anterior intervención, ni tampoco se ajusta al objetivo esencial del proceso penal, esto es, la búsqueda de la verdad material empleando todos los medios probatorios al alcance, cuya producción es necesaria para llevar a la convicción del juzgador” sostiene la sentencia.
También asigna al juez Federico Calvete, titular del Juzgado Federal de Ushuaia, como nuevo encargado de la causa. Dice el fallo que “injustificadamente el expediente no registró actividad procesal alguna durante casi cuatro años; y ello menos justifica aún, el apresuramiento con el que se pretende ponerle fin.”
Ponen en valor la evidencia de que “el cadáver evidenciaba lesiones que podrían haber sido provocadas por un depredador terrestre”, lo que contradecía claramente la versión oficial de que Santiago estuvo todo el tiempo de su búsqueda bajo el agua. A la vez, la presencia de polen en la ropa “sugería que aquél no podría haber estado sumergido durante más de 25-30 días en ese sitio.”
“La relevancia de ahondar en este aspecto radica en que gran parte de los cuestionamientos que esbozan los recurrentes parten de la suposición de que el cuerpo no habría permanecido sumergido, ininterrumpidamente, en el lugar en que posteriormente fue hallado, aspecto que (por otro lado) resulta medular en el razonamiento que condujo al magistrado de grado a descartar toda responsabilidad penal por lo ocurrido.”
Era tan grande su necesidad de hacer coincidir sus deseos con la realidad que solo faltó que dijeran que lo habían secuestrado en un Falcon verde sin chapa.
Hoy se puede ver la filmación de aquel momento y es patético ver a Cristina, la ex presidenta, que en su sobreactuación, hasta llevó una foto de Maldonado a una misa del obispo Fernando Maletti donde fue increpada por la madre de una víctima del siniestro de Estación Once. “Asesina”, le gritó la madre de Tatiana Pontiroli.
Maletti, obispo de Merlo suele acompañar a los piqueteros Cayetanos que se referencian en Juan Grabois y el Papa Francisco a las reuniones con el gobierno.
La negación de la militancia K fue tan grande que aún hoy siguen hablando de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado como si hubiera sido asesinado en una mesa de tortura en un campo de concentración clandestino o en la ESMA.
Es tan grande su necesidad de que la historia se repita que intentaron convertir al joven artesano en una suerte de Che Guevara de estos tiempos, llevando su imagen barbada y sus ojos tristes a afiches, banderas y ahora a una película que cierra un capítulo nefasto: la apropiación de la figura de Santiago Maldonado. La ideologitis, la ideología inflamada y la falta de comprensión de lo que pasa en la Argentina real, los hace repetir los mismos esquemas y los mismos errores. Hoy Maldonado quiere ser elevado a la categoría de mártir kirchnerista cuando se trataba de un artesano tatuador que murió ahogado en un río e insisto abandonado en forma oportunista por los que usurpan también la cultura mapuche.
Y a ello debe sumarse el intento de consagración de la mentira con la película. “El camino de Santiago”, se llama y fue dirigida por Tristán Bauer. El guión es de Florencia Kirchner y Omar Quiroga (que le supo escribir los textos a Diego Capussotto). La voz en off es de Darío Grandinetti y la música de León Gieco. La producción, entre otros es de Osvaldo Papaleo quien supo ser el secretario de prensa de Isabel Perón y amigo de José López Rega, (a) “El brujo”, el fundador y ejecutor de la Triple A, un grupo parapolicial que asesinó a mansalva a militantes de la izquierda y de los derechos humanos entre otros.
Es muy cruel que se utilice en forma tan burda la muerte accidental, dolorosa como toda muerte, pero falsamente heroica de Santiago Maldonado. El grupito autoritario de la Resistencia Ancestral Mapuche que lidera Jones Huala y la Columna Cristina Vuelve Recargada que conducen Horacio Verbistky y Máximo Kirchner necesitaban un mártir y un poster. Pese a sus mentiras no pudieron lograrlo. No hubo secuestro, ni desaparición ni tortura ni asesinato. Pero ellos redoblaron la apuesta. Su principal enemigo suele ser la realidad. Ya son varias las manchas con las que ensuciaron a los organismos de derechos humanos a los que vaciaron de contenido plural. Hoy son grupitos sectarios que al servicio de Cristina y sus cómplices. La mancha de Santiago Maldonado tal vez sea la más grave. Ojalá sea la última.

Pablo Dócimo
Subeditor de Opinión de Tribuna de Periodistas