ESPECTACULOS

La Mona con Pergolini: de los pases de factura del cuartetero al conductor a terminar cantando a dúo

Tal como lo había anticipado, Carlos “La Mona” Jiménez pasó por Otro día perdido, el ciclo nocturno que conduce Mario Pergolini en El Trece.

En un clima de buena onda y una entrevista divertida, el cordobés aprovechó para pasarle una factura a Pergolini por cuando lo ninguneaba en su pasado rockero.

“Vos odiabas el cuarteto”, le dijo en la cara La Mona, recordándole la falta de difusión. “No me dabas bola en la Rock and Pop”.

Este desaire se debía a la preferencia de Pergolini por el rock, algo que el conductor admitió, aduciendo que eran cosas de su juventud.

De hecho, recordaron la anécdota de que cuando se conocieron, Pergolini era, según sus propias palabras “medio insoportable”, no saludó a La Mona, generando la pregunta del cu

artetero: “¿Por qué este tarado no me saluda?”.

La Mona y la sorpresa del El Mono de Kapanga

La Mona fue una inspiración para muchos artistas, y uno de sus fans más fieles es el “Mono” de Kapanga. El Mono, quien se sorprendió al aparecer en el programa como un supuesto camarógrafo, reveló que su amor por La Mona comenzó en el servicio militar gracias a un suboficial cordobés. Su fanatismo lo llevó a presenciar el primer show de La Mona en Cemento en 1989, un año después de que Jiménez tocara en el Luna Park. Con solo 17 años, el Mono “copó el escenario” de Cemento al cuarto tema, cantando “Goma de mascar”, e incluso tuvo un encontronazo con seguridad, pidiendo que no lo bajaran. Para el Mono, ese concierto fue transformador: “Haber ido a ese cemento me cambió la vida para siempre 10 años después yo estaba haciendo mi primer cemento con Kapanga”.

La Mona y el Mono probaron que el cariño entre ellos es palpable, recordando incluso los pogos intensos y los “gallos” que eran una señal de cariño en la época punk de Cemento. El Mono, a 37 años de seguir fiel, considera a La Mona “el artista vivo más grande del universo”.

Por último, la Mona cantó ¿Quién se ha tomado todo el vino? con la banda del programa, y terminó cantando junto al conductor.

Tal como lo había anticipado, Carlos “La Mona” Jiménez pasó por Otro día perdido, el ciclo nocturno que conduce Mario Pergolini en El Trece.En un clima de buena onda y una entrevista divertida, el cordobés aprovechó para pasarle una factura a Pergolini por cuando lo ninguneaba en su pasado rockero.“Vos odiabas el cuarteto”, le dijo en la cara La Mona, recordándole la falta de difusión. “No me dabas bola en la Rock and Pop”. Este desaire se debía a la preferencia de Pergolini por el rock, algo que el conductor admitió, aduciendo que eran cosas de su juventud.De hecho, recordaron la anécdota de que cuando se conocieron, Pergolini era, según sus propias palabras “medio insoportable”, no saludó a La Mona, generando la pregunta del cuartetero: “¿Por qué este tarado no me saluda?”. La Mona y la sorpresa del El Mono de KapangaLa Mona fue una inspiración para muchos artistas, y uno de sus fans más fieles es el “Mono” de Kapanga. El Mono, quien se sorprendió al aparecer en el programa como un supuesto camarógrafo, reveló que su amor por La Mona comenzó en el servicio militar gracias a un suboficial cordobés. Su fanatismo lo llevó a presenciar el primer show de La Mona en Cemento en 1989, un año después de que Jiménez tocara en el Luna Park. Con solo 17 años, el Mono “copó el escenario” de Cemento al cuarto tema, cantando “Goma de mascar”, e incluso tuvo un encontronazo con seguridad, pidiendo que no lo bajaran. Para el Mono, ese concierto fue transformador: “Haber ido a ese cemento me cambió la vida para siempre 10 años después yo estaba haciendo mi primer cemento con Kapanga”. La Mona y el Mono probaron que el cariño entre ellos es palpable, recordando incluso los pogos intensos y los “gallos” que eran una señal de cariño en la época punk de Cemento. El Mono, a 37 años de seguir fiel, considera a La Mona “el artista vivo más grande del universo”.Por último, la Mona cantó ¿Quién se ha tomado todo el vino? con la banda del programa, y terminó cantando junto al conductor.  La Voz