INTERNACIONALES

Entre las críticas y aplausos: así fue el paso de Trump en el aniversario del 11-S

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistió este jueves al juego de los Yankees de Nueva York contra los Tigres de Detroit, en el Yankee Stadium, en el marco de la conmemoración del 24º aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Su presencia generó una reacción dividida entre el público: hubo aplausos, pero también abucheos.

Trump ocupó una suite sobre el banquillo visitante, protegida por cristales blindados. Durante el Himno Nacional fue enfocado en la pantalla gigante y recibió silbidos de parte de la multitud, mientras otro sector respondió con cantos de “USA, USA”.

Antes del juego, el mandatario visitó el vestuario local donde saludó a jugadores y empleados. Recordó su amistad con el fallecido dueño del club, George Steinbrenner, y auguró una victoria de los Yankees. Sin embargo, el equipo venía de dos derrotas consecutivas ante Detroit por un marcador global de 23-3.

El acto conmemorativo del 11-S

El homenaje a las víctimas del 11-S incluyó un minuto de silencio antes del primer lanzamiento y el izamiento de la bandera estadounidense a media asta. En el séptimo inning, como ya es tradición, los aficionados entonaron canciones oatrióticas como “God Bless America” y “Take Me Out to the Ballgame”.

La visita de Trump recordó al histórico lanzamiento de la primera bola realizado por George W. Bush en la Serie Mundial de 2001, un gesto que quedó marcado como símbolo de unidad nacional.

El presidente Donald Trump asiste a un partido de béisbol entre los Tigres de Detroit y los Yankees de Nueva York, el jueves 11 de septiembre de 2025, en Nueva York. (Foto AP/Alex Brandon)

Se reforzó la seguridad del Estadio

La asistencia presidencial se dio en un contexto de máxima seguridad. El Servicio Secreto instaló detectores de metales en cada entrada, desplegó agentes con perros rastreadores y dispuso helicópteros que sobrevolaron la zona. Las puertas del estadio abrieron tres horas antes para permitir los controles, aunque los fanáticos ingresaron sin mayores inconvenientes.

Las medidas se intensificaron luego del asesinato en Utah del activista conservador Charlie Kirk, cercano a Trump, ocurrido el día anterior. Como precaución, la ceremonia oficial del 11-S en el Pentágono se realizó bajo techo.

​El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistió este jueves al juego de los Yankees de Nueva York contra los Tigres de Detroit, en el Yankee Stadium, en el marco de la conmemoración del 24º aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Su presencia generó una reacción dividida entre el público: hubo aplausos, pero también abucheos.Trump ocupó una suite sobre el banquillo visitante, protegida por cristales blindados. Durante el Himno Nacional fue enfocado en la pantalla gigante y recibió silbidos de parte de la multitud, mientras otro sector respondió con cantos de “USA, USA”.Antes del juego, el mandatario visitó el vestuario local donde saludó a jugadores y empleados. Recordó su amistad con el fallecido dueño del club, George Steinbrenner, y auguró una victoria de los Yankees. Sin embargo, el equipo venía de dos derrotas consecutivas ante Detroit por un marcador global de 23-3.El acto conmemorativo del 11-SEl homenaje a las víctimas del 11-S incluyó un minuto de silencio antes del primer lanzamiento y el izamiento de la bandera estadounidense a media asta. En el séptimo inning, como ya es tradición, los aficionados entonaron canciones oatrióticas como “God Bless America” y “Take Me Out to the Ballgame”.La visita de Trump recordó al histórico lanzamiento de la primera bola realizado por George W. Bush en la Serie Mundial de 2001, un gesto que quedó marcado como símbolo de unidad nacional.Se reforzó la seguridad del Estadio La asistencia presidencial se dio en un contexto de máxima seguridad. El Servicio Secreto instaló detectores de metales en cada entrada, desplegó agentes con perros rastreadores y dispuso helicópteros que sobrevolaron la zona. Las puertas del estadio abrieron tres horas antes para permitir los controles, aunque los fanáticos ingresaron sin mayores inconvenientes.Las medidas se intensificaron luego del asesinato en Utah del activista conservador Charlie Kirk, cercano a Trump, ocurrido el día anterior. Como precaución, la ceremonia oficial del 11-S en el Pentágono se realizó bajo techo.  La Voz