Marco Trungelliti, Thiago Tirante y “Juanma” Cerúndolo se consagraron en sus respectivos torneos
La jornada de este domingo dejó un balance más que positivo para el tenis argentino. Con tres actuaciones descollantes, Marco Trungelliti, actual número 144 en el ranking ATP, Thiago Tirante (94º) y Juan Manuel Cerúndolo (72º) se impusieron en sus respectivas finales y se coronaron campeones.
En el duelo que se disputó en Rumanía, el santiagueño Trungelliti, luego de quedarse con el primer set por un contundente 6/1, fue beneficiado por el abandono temprano del croata Mili Poljičak (346º), quien no disputó el segundo set, y se hizo con el Challenger Intaro Open (polvo de ladrillo).
Por otro lado, Tirante, que se debatió con Pablo Llamas Ruiz (222º) en la final del Challenger de Szczecin (se disputó en Polonia, en superficie de polvo de ladrillo), aplastó al español por 6/3 y 6/2 y festejó.
Por último, Cerúndolo no dejó dudas en el choque que protagonizó con el chileno Alejandro Tabilo (112º) y lo venció 6/2 y 6/3 para consagrarse sobre la superficie dura del Challenger de Guangzhou (China).
La jornada de este domingo dejó un balance más que positivo para el tenis argentino. Con tres actuaciones descollantes, Marco Trungelliti, actual número 144 en el ranking ATP, Thiago Tirante (94º) y Juan Manuel Cerúndolo (72º) se impusieron en sus respectivas finales y se coronaron campeones.En el duelo que se disputó en Rumanía, el santiagueño Trungelliti, luego de quedarse con el primer set por un contundente 6/1, fue beneficiado por el abandono temprano del croata Mili Poljičak (346º), quien no disputó el segundo set, y se hizo con el Challenger Intaro Open (polvo de ladrillo).Por otro lado, Tirante, que se debatió con Pablo Llamas Ruiz (222º) en la final del Challenger de Szczecin (se disputó en Polonia, en superficie de polvo de ladrillo), aplastó al español por 6/3 y 6/2 y festejó.Por último, Cerúndolo no dejó dudas en el choque que protagonizó con el chileno Alejandro Tabilo (112º) y lo venció 6/2 y 6/3 para consagrarse sobre la superficie dura del Challenger de Guangzhou (China). La Voz
