INTERNACIONALES

Netanyahu rechazó el Estado palestino y advirtió sobre Irán

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a utilizar el escenario de la Asamblea General de Naciones Unidas como tribuna global para defender su política frente al conflicto palestino, atacar a Irán y reforzar su imagen ante una audiencia internacional cada vez más crítica.

Con un discurso desafiante y cargado de recursos visuales, calificó la idea de un Estado palestino como “pura locura”, denunció lo que llamó una “campaña de antisemitismo global” contra Israel y centró su mensaje en los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023.

La intervención, de casi una hora, estuvo marcada por la teatralidad habitual de Netanyahu. Esta vez incorporó un mapa, tarjetas con preguntas de opción múltiple, un código QR y hasta la retransmisión de su mensaje en Gaza, según afirmó su oficina.

Sin embargo, la sala estuvo semivacía. Es que decenas de diplomáticos abandonaron el recinto en señal de protesta, reflejando el creciente aislamiento internacional que enfrenta Israel.

Netanyahu respondió a la oleada de países que han reconocido recientemente a Palestina como Estado. “Es como darle a Al-Qaeda un Estado a una milla de Nueva York después del 11 de septiembre”, declaró. “Israel no permitirá que nos metan un Estado terrorista en la garganta”.

Acusó a la Autoridad Palestina de corrupción y antisemitismo, y de remunerar a quienes atacan a israelíes. En su visión, la creación de un Estado palestino sería un premio al terrorismo. Reiteró que cualquier paz con Gaza solo sería posible si la Franja se desmilitariza y se establece una “autoridad civil pacífica”, descartando la solución de los dos Estados defendida por la mayoría de la comunidad internacional.

Rehenes y ultimátum

En su discurso, el primer ministro se dirigió a los rehenes israelíes en poder de Hamas: “No te hemos olvidado. No descansaremos hasta que vuelvas a casa”. Aseguró que Israel había transmitido su alocución en Gaza mediante altavoces y teléfonos celulares.

A los civiles en el enclave palestino les lanzó un ultimátum: “Depongan las armas. Dejen ir a mi pueblo. Si lo hacen, vivirán. Si no, Israel los perseguirá”.

La ofensiva propagandística incluyó también Nueva York, donde camiones y pantallas en Times Square repetían el lema “Recuerden el 7 de octubre”.

En otro tramo del mensaje Netanyahu negó las acusaciones de la Corte Penal Internacional, que lo investiga por crímenes de guerra y lesa humanidad. Aseguró que la proporción de combatientes muertos frente a civiles es de dos a uno, “especialmente baja” en comparación con Afganistán o Irak.

“Para Israel, cada muerte civil es una tragedia. Para Hamas, es una estrategia”, remarcó, antes de insistir en que “Israel debe terminar el trabajo” en Gaza.

Advertencias

Otro eje central fue Irán. Netanyahu agradeció al presidente Donald Trump sus “acciones audaces” frente a Teherán, atribuyéndose el mérito de haber debilitado el programa nuclear iraní y de presionar al régimen de Bashar al Assad en Siria.

De cara a la votación del Consejo de Seguridad sobre sanciones a Irán, advirtió: “No debemos permitir que reconstruya sus capacidades militares y nucleares. Sus arsenales deben ser eliminados”. Enmarcó la confrontación con Teherán como un asunto de seguridad global: “Nuestros enemigos son sus enemigos. Israel está librando su batalla”.

Fiel a su estilo, Netanyahu recurrió a elementos visuales. Mostró un mapa titulado “La maldición”, en el que señaló países donde Israel atacó a sus enemigos, y una tarjeta con una pregunta: “¿Quién grita ‘Muerte a Estados Unidos’?”, con la respuesta “todo lo anterior” tras mencionar a Irán, Hamas, Hezbollah y los hutíes de Yemen.

El momento más impactante fue la exhibición de un código QR en su solapa. Al ser escaneado, dirigía a una página con imágenes gráficas de los ataques de Hamas del 7 de octubre: cadáveres, cuerpos calcinados, escenas de la masacre en el festival de música de Reim y cifras de víctimas –más de 1.200 muertos, seis mil heridos y 253 secuestrados–.

La web se presentaba como una “documentación de los crímenes contra la humanidad” cometidos por Hamas.

Un auditorio dividido

El discurso de Netanyahu evidentemente buscó tanto consolidar apoyo interno como enviar señales a Washington. Pese a la deserción de delegaciones en el plenario, Netanyahu apuntó a dos audiencias principales: su base política en Israel y el presidente estadounidense Donald Trump, con quien tiene previsto reunirse en la Casa Blanca.

Delegados de diversos países se retiran de la sala de la Asamblea de la ONU durante el discurso de Netanyahu.

En su intervención, lo elogió repetidamente, en un gesto interpretado como intento de allanar un encuentro sin fricciones.

La estrategia es clara: mientras gran parte de la comunidad internacional avanza en el reconocimiento de Palestina, Netanyahu se aferra al respaldo de Trump y al de su electorado más duro, que lo ve como garante de la seguridad nacional.

​El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a utilizar el escenario de la Asamblea General de Naciones Unidas como tribuna global para defender su política frente al conflicto palestino, atacar a Irán y reforzar su imagen ante una audiencia internacional cada vez más crítica. Con un discurso desafiante y cargado de recursos visuales, calificó la idea de un Estado palestino como “pura locura”, denunció lo que llamó una “campaña de antisemitismo global” contra Israel y centró su mensaje en los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023.La intervención, de casi una hora, estuvo marcada por la teatralidad habitual de Netanyahu. Esta vez incorporó un mapa, tarjetas con preguntas de opción múltiple, un código QR y hasta la retransmisión de su mensaje en Gaza, según afirmó su oficina. Sin embargo, la sala estuvo semivacía. Es que decenas de diplomáticos abandonaron el recinto en señal de protesta, reflejando el creciente aislamiento internacional que enfrenta Israel.Netanyahu respondió a la oleada de países que han reconocido recientemente a Palestina como Estado. “Es como darle a Al-Qaeda un Estado a una milla de Nueva York después del 11 de septiembre”, declaró. “Israel no permitirá que nos metan un Estado terrorista en la garganta”.Acusó a la Autoridad Palestina de corrupción y antisemitismo, y de remunerar a quienes atacan a israelíes. En su visión, la creación de un Estado palestino sería un premio al terrorismo. Reiteró que cualquier paz con Gaza solo sería posible si la Franja se desmilitariza y se establece una “autoridad civil pacífica”, descartando la solución de los dos Estados defendida por la mayoría de la comunidad internacional.Rehenes y ultimátumEn su discurso, el primer ministro se dirigió a los rehenes israelíes en poder de Hamas: “No te hemos olvidado. No descansaremos hasta que vuelvas a casa”. Aseguró que Israel había transmitido su alocución en Gaza mediante altavoces y teléfonos celulares. A los civiles en el enclave palestino les lanzó un ultimátum: “Depongan las armas. Dejen ir a mi pueblo. Si lo hacen, vivirán. Si no, Israel los perseguirá”.La ofensiva propagandística incluyó también Nueva York, donde camiones y pantallas en Times Square repetían el lema “Recuerden el 7 de octubre”.En otro tramo del mensaje Netanyahu negó las acusaciones de la Corte Penal Internacional, que lo investiga por crímenes de guerra y lesa humanidad. Aseguró que la proporción de combatientes muertos frente a civiles es de dos a uno, “especialmente baja” en comparación con Afganistán o Irak.“Para Israel, cada muerte civil es una tragedia. Para Hamas, es una estrategia”, remarcó, antes de insistir en que “Israel debe terminar el trabajo” en Gaza.AdvertenciasOtro eje central fue Irán. Netanyahu agradeció al presidente Donald Trump sus “acciones audaces” frente a Teherán, atribuyéndose el mérito de haber debilitado el programa nuclear iraní y de presionar al régimen de Bashar al Assad en Siria. De cara a la votación del Consejo de Seguridad sobre sanciones a Irán, advirtió: “No debemos permitir que reconstruya sus capacidades militares y nucleares. Sus arsenales deben ser eliminados”. Enmarcó la confrontación con Teherán como un asunto de seguridad global: “Nuestros enemigos son sus enemigos. Israel está librando su batalla”.Fiel a su estilo, Netanyahu recurrió a elementos visuales. Mostró un mapa titulado “La maldición”, en el que señaló países donde Israel atacó a sus enemigos, y una tarjeta con una pregunta: “¿Quién grita ‘Muerte a Estados Unidos’?”, con la respuesta “todo lo anterior” tras mencionar a Irán, Hamas, Hezbollah y los hutíes de Yemen.El momento más impactante fue la exhibición de un código QR en su solapa. Al ser escaneado, dirigía a una página con imágenes gráficas de los ataques de Hamas del 7 de octubre: cadáveres, cuerpos calcinados, escenas de la masacre en el festival de música de Reim y cifras de víctimas –más de 1.200 muertos, seis mil heridos y 253 secuestrados–. La web se presentaba como una “documentación de los crímenes contra la humanidad” cometidos por Hamas.Un auditorio divididoEl discurso de Netanyahu evidentemente buscó tanto consolidar apoyo interno como enviar señales a Washington. Pese a la deserción de delegaciones en el plenario, Netanyahu apuntó a dos audiencias principales: su base política en Israel y el presidente estadounidense Donald Trump, con quien tiene previsto reunirse en la Casa Blanca.En su intervención, lo elogió repetidamente, en un gesto interpretado como intento de allanar un encuentro sin fricciones. La estrategia es clara: mientras gran parte de la comunidad internacional avanza en el reconocimiento de Palestina, Netanyahu se aferra al respaldo de Trump y al de su electorado más duro, que lo ve como garante de la seguridad nacional.  La Voz