Es dueña de un salón de belleza, criticó a Trump y podría perder su negocio: “Estoy sufriendo las consecuencias”
En el mundo de los negocios, muchas veces se sostiene que la política debe quedar fuera de las relaciones comerciales. Sin embargo, Tiffney Prickett, propietaria de un salón de belleza en Coeur d’Alene, Idaho, vive en carne propia las consecuencias de mezclar su opinión política con su emprendimiento. La empresaria, quien se hizo viral luego de criticar duramente al expresidente Donald Trump y a sus seguidores, sufrió una drástica caída en su clientela. “Estoy sufriendo las consecuencias de mi propia acción”, reconoció en un video donde no se mostró arrepentida.
El conflicto comenzó cuando Prickett publicó un video de TikTok en el cual señaló que “Trump les dio a los hombres pequeños la capacidad de ser misóginos y odiosos”. Allí señaló, también, que los comentarios de muchos varones hacia las mujeres eran “muy desagradables” y que no entendía por qué otros pares no se enfrentaban a los agresores. Estas palabras, claramente orientadas a cuestionar los valores de los seguidores del expresidente, desataron una serie de reacciones que Prickett no esperaba.
Como reconstruye New York Post, poco después de que el video se hiciera viral, la dueña de Voiage Salon notó una caída en la cantidad de clientes que frecuentaban su establecimiento. De hecho, contó el caso de una clienta que, tras sentirse ofendida por las declaraciones de la estilista, solicitó un reembolso de las tarjetas de regalo previamente compradas. “Si apoyas a un violador racista, homofóbico y misógino, y estás de acuerdo con esas cosas porque lo apoyaste, entonces eres esas cosas”, dijo Prickett en un nuevo video donde relataba el episodio.
La estilista, madre de tres hijos y divorciada, no tardó en dejar claro que no lamentaba su postura, incluso si eso le costaba el negocio. “Defenderé los derechos humanos y sufriré las consecuencias”, afirmó. Aunque reconoció la lealtad de su clienta durante años, dejó claro que no quería trabajar con aquellos que apoyaban las ideas que ella criticaba. “No tengo ningún problema con que seas republicano, pero sí tengo un problema con que quieras privar a la gente de sus derechos humanos”, sentenció.
El impacto fue inmediato. Según Prickett, las pérdidas fueron significativas: “Están cayendo como moscas”, dijo al referirse a los clientes que se alejaron del salón debido a sus comentarios. Ante los mensajes que le sugerían moderar su discurso o permitir que los desacuerdos políticos no afectaran su negocio, la empresaria fue tajante: “No”. Explicó que la diferencia no era meramente una cuestión de opiniones políticas, sino de principios morales.
En su defensa, Prickett recalcó que preferiría cambiar de rubro antes que permitir que los partidarios de Trump “se sientan cómodos” en su salón. Su postura puso sobre la mesa una discusión compleja sobre la relación entre las creencias personales de los empresarios y la manera en que estas pueden influir, o incluso afectar, la relación con los clientes.
Actualmente, el sitio web de Voiage Salon ya no está activo, lo que alimentó aún más la incertidumbre sobre el futuro de su negocio. Sin embargo, más allá de las pérdidas económicas, Prickett demostró que sus principios son más importantes que cualquier desafío comercial. “Si pierdo mi negocio, supongo que perderé mi negocio”, concluyó.
LA NACION