En Illinois: por qué la casa de “Mi pobre angelito” sigue con custodia policial a más de 30 años del estreno de la película
La película Mi pobre angelito, conocida como Home Alone en Estados Unidos, dirigida por Chris Columbus y escrita por John Hughes, se convirtió en un ícono navideño desde su estreno en 1990. Junto con la emblemática actuación de Macaulay Culkin como Kevin McCallister, la casa ubicada en Winnetka, Illinois, se consolidó como un lugar de referencia para los fanáticos del film. A más de tres décadas de su lanzamiento, la propiedad continúa como destino turístico popular, especialmente durante la temporada de fiestas.
El interés masivo en visitar la residencia durante diciembre ha llevado a las autoridades locales a reforzar su presencia policial en la zona para controlar multitudes y evitar problemas de tráfico. Esta medida preventiva, que se realiza todos los años, ha sido clave para proteger tanto la vivienda como la tranquilidad del vecindario.
La casa de Mi pobre angelito, un punto turístico en Winnetka, Illinois
La casa utilizada en Mi pobre angelito está situada en el exclusivo suburbio de Winnetka, a unos 42 minutos al norte de Chicago. Desde su aparición en la película, atrajo a fanáticos de todas partes del mundo que buscan recrear escenas memorables o simplemente tomar fotografías frente a la icónica fachada de ladrillo rojo.
Si bien muchas de las escenas interiores de la película se filmaron en un estudio, el exterior de la vivienda se convirtió en un símbolo del espíritu navideño para generaciones de espectadores. En los días previos a la Navidad, la afluencia de turistas aumenta considerablemente, lo que a menudo genera mucho tráfico y ruido en el vecindario, lo que afecta la vida cotidiana de los residentes locales.
Vigilancia policial, con patrullas y monitoreo constante
Según Dylan Majcher, subdirector del Departamento de Policía de Winnetka, se ha implementado un plan especial de vigilancia alrededor de la propiedad desde hace varios años. Aunque no se reportaron incidentes graves en las últimas décadas, el aumento de visitantes durante diciembre puede ocasionar inconvenientes.
“La casa sigue siendo sorprendentemente popular”, señaló Majcher en declaraciones con el medio local TMZ. “Queremos asegurarnos de que no haya problemas con el tráfico o la seguridad, especialmente durante las noches y los fines de semana, que son los horarios más concurridos”, agregó.
El operativo incluye patrullas estacionadas cerca de la residencia y monitoreo constante de las áreas circundantes para garantizar que las multitudes no generen molestias significativas.
Así es por dentro la casa de Mi pobre angelito: su valor inmobiliario
A lo largo de su historia, la casa de Mi pobre angelito solo se ha vendido un par de veces. En 2024, el inmueble volvió al mercado con un precio de 5,25 millones de dólares, según Dawn Mckenna Group. Aunque se han realizado renovaciones internas, la fachada permanece prácticamente igual que en la película, lo que contribuye a su valor tanto cultural como inmobiliario.
La propiedad cuenta con cinco habitaciones, seis baños y más de 836 metros cuadrados que incluyen espacios recreativos como una pequeña sala de cine y una mini cancha de básquet. Además de su diseño histórico, el vecindario de Winnetka ofrece un entorno tranquilo y exclusivo, ideal para familias.
Según TMZ, en junio de 2024, la casa cambió de propietarios nuevamente después de ponerse en venta en mayo del mismo año. La vivienda también fue objeto de subastas y actividades promocionales relacionadas con la película. En 2021, por ejemplo, fue ofrecida en Airbnb como parte de una experiencia temática especial para los fanáticos.
El valor agregado por la exitosa película navideña
La conexión emocional que millones de personas tienen con la película es lo que impulsa el flujo constante de turistas hacia la casa. En la trama de Mi pobre angelito, el pequeño Kevin se queda solo en casa después de que su familia accidentalmente lo deja atrás mientras viaja a París para Navidad. Durante su tiempo solo, el protagonista defiende la propiedad de dos ladrones con una serie de ingeniosas trampas, escenas que se convirtieron en clásicos de la comedia cinematográfica.
A lo largo de los años, la casa ha tenido varios propietarios, quienes lidiaron con la atención constante que recibe la propiedad. Según Majcher, los antiguos dueños nunca solicitaron asistencia policial, pero apreciaron las medidas preventivas implementadas por las autoridades locales.
LA NACION