Victoria Villarruel criticó a Patricia Bullrich por el caso del gendarme detenido en Venezuela: “Jamás lo habría autorizado”
La vicepresidenta Victoria Villarruel cuestionó hoy con dureza la actuación del Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, en plena escalada del conflicto con el régimen de Nicolás Maduro por la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo en Venezuela.
Villarruel utilizó su cuenta de la red social “X” -exTwitter- para manifestarse en desacuerdo con el accionar del Poder Ejecutivo. Dijo que ella nunca habría autorizado a viajar a Venezuela al gendarme.
“Jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela. Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia, pero como no soy del área de seguridad no opino de las sanciones y acciones que se debieran tomar”, puntualizó la titular del Senado, después de que un usuario en las redes sociales le reprochara de forma irónica su asistencia al recital de la banda de rock Los Piojos, en La Plata.
Jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela. Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia, pero como no soy del área de seguridad no opino de las sanciones y acciones que se debieran tomar. Slds
— Victoria Villarruel (@VickyVillarruel) December 19, 2024
De esta manera, Villarruel volvió a agitar la disputa con el Gabinete de Javier Milei al apuntar contra una de las ministras más elogiadas por el Presidente. Es sabido que una de los primeros cortocircuitos con la mesa chica de Milei se produjo después del triunfo en el balotaje sobre Sergio Massa. Durante la campaña, el líder de La Libertad Avanza repetía que las áreas de Seguridad y Defensa iban a quedar en manos de Villarruel. No obstante, Milei y Nicolás Posse, entonces armadores de los equipos técnicos de Milei, definieron que Bullrich y Luis Petri, excompañeros de fórmula en la coalición de Juntos por el Cambio, serían los encargados de esos ministerios. Esa fue la primera maniobra para marginar a Villarruel de la toma de decisiones.
La desconfianza entre la vicepresidenta y el círculo del confianza del Presidente creció con el correr de la gestión. De hecho, ella blanqueó sus diferencias con Karina Milei, “El Jefe”. “Las dos queremos a Javier, las dos somos bravas, pobre jamoncito”, remarcó a fines de marzo pasado en una entrevista con TN. Ese día también se diferenció de la apuesta del Presidente por la candidatura del controvertido juez Ariel Lijo para ocupar una de las vacantes en la Corte Suprema de Justicia.
El domingo pasado, Villarruel había intentado bajarle el tono a la pelea con Milei después de que se agudizara la disputa con Santiago Caputo, el cerebro de la gestión de Milei, a raíz de la sesión en la que fue expulsado el senador Edgardo Kueider. “No estoy participando de ningún armado político y cuando lo haga, lo haré donde el Presidente me lo pida”, escribió en sus redes sociales, donde también recordó cuando junto al jefe del Estado eran “solo dos diputados” en contra del kirchnerismo. “Hoy no hay lugar para la moderación”, insistió. Así, se mostró alineada con el Gobierno.
Hace un par de semanas, Milei la había acusado a su vice de de estar cerca de “la casta”. Además, el jefe del Estado afirmó que Villarruel no tenía “ninguna injerencia” en las decisiones de su administración ni tampoco participaba de las reuniones de gabinete. Consideró que el diálogo entre ambos era meramente “institucional”. “Está más cerca del círculo rojo”, remató.
Máxima tensión con Maduro
La tensión con el régimen chavista escaló en las últimas horas a su máximo nivel cuando Milei se involucró directamente en el reclamo por la detención, en Venezuela, del gendarme argentino. Denunció el hecho como un “secuestro ilegal” y responsabilizó a Maduro, al que calificó de “dictador criminal”. Milei, que habló por primera vez sobre el conflicto, aseguró que se agotarán todas las instancias para lograr su “inmediata liberación”.
El régimen chavista confirmó que tiene cautivo al gendarme, al que le imputan supuestas tareas de inteligencia.
Gallo intentó ingresar a Venezuela por cuestiones de índole familiar: su mujer es venezolana y tiene un hijo en ese país. El régimen lo tomó prisionero y desató un grave conflicto diplomático.
El Gobierno reconoció que tiene abierta una negociación con terceros países para lograr el salvoconducto que les permita salir a los seis opositores al chavismo asilados en la embajada argentina en Caracas, y también para conseguir la liberación de Gallo, cuya vida, según la Cancillería, “está en peligro”.
El canciller de Colombia, Luis Murillo, reveló algunas condiciones puestas por Maduro para avanzar en las tratativas.
LA NACION