Darío Barassi, sobre su salud: “Hoy me hago cargo”
Darío Barassi se consolidó como uno de los conductores más queridos del país, y además, su vida personal lo encuentra pleno, con su esposa, Lucía Gómez Centurión, y sus dos hijas, Emilia e Inés. Sin embargo, en una reciente entrevista, mostró su faceta menos conocida y más reflexiva.
En Noche al Dente, el ciclo conducido por Fer Dente, Barassi habló sin rodeos sobre su vínculo con el cuerpo, el paso del tiempo y la salud.
Con 41 años, el sanjuanino reconoció que vive un momento de cambio interno. “No tengo un mambo grande, porque si lo tuviera creo que ya hubiera reaccionado. Pero no me gusta verme desprolijo. Cuando me siento y veo la panza, me incomoda”, confesó.
Esto lo llevó a repensar hábitos y a buscar un estilo de vida más saludable. No desde la exigencia estética, sino desde un deseo profundo de estar bien para compartir el futuro con su familia. “Quiero verlas crecer, saber qué camino toman, compartir sus logros, sus tropiezos. Quiero envejecer con Luli, mi mujer, y poder hacer los viajes que soñamos juntos”, expresó con emoción.
Barassi también habló de cómo cambió su percepción con el paso del tiempo. “Ya no tengo 22 años, y en aquel entonces, la gordura me parecía algo más liviano. Hoy me hago cargo. Siento que puedo ser atractivo, seductor, estar prolijo, incluso con este cuerpo”, reflexionó.
En este proceso, sus hijas son el motor que lo empuja hacia adelante. La paternidad, según él mismo afirmó, lo obligó a mirar su salud desde otro lugar, más profundo y más honesto. “Estoy en un momento bisagra”, resumió.
Darío Barassi se consolidó como uno de los conductores más queridos del país, y además, su vida personal lo encuentra pleno, con su esposa, Lucía Gómez Centurión, y sus dos hijas, Emilia e Inés. Sin embargo, en una reciente entrevista, mostró su faceta menos conocida y más reflexiva.En Noche al Dente, el ciclo conducido por Fer Dente, Barassi habló sin rodeos sobre su vínculo con el cuerpo, el paso del tiempo y la salud. Con 41 años, el sanjuanino reconoció que vive un momento de cambio interno. “No tengo un mambo grande, porque si lo tuviera creo que ya hubiera reaccionado. Pero no me gusta verme desprolijo. Cuando me siento y veo la panza, me incomoda”, confesó.Esto lo llevó a repensar hábitos y a buscar un estilo de vida más saludable. No desde la exigencia estética, sino desde un deseo profundo de estar bien para compartir el futuro con su familia. “Quiero verlas crecer, saber qué camino toman, compartir sus logros, sus tropiezos. Quiero envejecer con Luli, mi mujer, y poder hacer los viajes que soñamos juntos”, expresó con emoción.Barassi también habló de cómo cambió su percepción con el paso del tiempo. “Ya no tengo 22 años, y en aquel entonces, la gordura me parecía algo más liviano. Hoy me hago cargo. Siento que puedo ser atractivo, seductor, estar prolijo, incluso con este cuerpo”, reflexionó. En este proceso, sus hijas son el motor que lo empuja hacia adelante. La paternidad, según él mismo afirmó, lo obligó a mirar su salud desde otro lugar, más profundo y más honesto. “Estoy en un momento bisagra”, resumió. La Voz