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Real Madrid vs. Salzburgo, por el Mundial de Clubes

A pesar de la nueva ausencia de Kylian Mbappé, Real Madrid confía en su histórica grandeza para la batalla definitiva contra Salzburgo, en el encuentro del martes por la noche en Filadelfia, que decide su suerte en el Mundial de Clubes.

El astro francés no fue convocado para el partido final del Grupo H, pese a que ayer se entrenó con el grupo, un regreso que alimentó la esperanza de que por fin tuviera su debut mundialista tras casi dos semanas de baja por una gastroenteritis.

Güller, en acción

La enfermedad le hizo pasar brevemente por un hospital la semana pasada en Florida y, según la prensa española, habría perdido peso, un impacto en su cuerpo que podría ser significativo en momentos en que el calor estadounidense exige al máximo el físico de los futbolistas. El delantero francés, de 26 años, no pudo estrenarse en el Mundial, donde los hombres de Xabi Alonso no deslumbraron: debut con empate gris ante Al Hilal (1-1) y victoria, con un hombre menos casi todo el partido, frente a Pachuca (3-1).

La victoria o el empate son los únicos caminos seguros hacia los octavos. Una derrota los dejaría fuera del renovado torneo de la FIFA si los saudíes de Simone Inzaghi vencen a los eliminados mexicanos, en el otro juego, también desde las 22, que se disputa en Nashville.

Un entretenido espectáculo bajo la lluvia

Bajo una intensa lluvia, los primeros minutos fueron de estudio. Real Madrid intentó capturar el balón y tener el dominio territorial, pero Salzburgo mantuvo una concentración plena. No hubo llegadas claras en el primer tramo del espectáculo.

El Madrid de Alonso es diferente a la Casa Blanca de Ancelotti. La idea es la circulación, posesión y avances constantes. El mediocampo es una zona central: todo pasa por allí. Bellingham, Tchouaméni, el joven Arda Güler y hasta Federico Valverde juegan, tocan y se desmarcan, aunque lejos del área y de Vinicius, sobre todas las cosas. El brasileño falló un mano a mano frente al gigante Christian Zawieschitzky.

El elenco austríaco se adelantó unos metros, porque a esa altura del partido estaba eliminado, ya que en el otro encuentro, Al-Hilal le ganaba por 1 a 0 a Pachuca, con un grito de Al Dawsari. La Casa Blanca no ofrecía una resistencia sólida en la última línea.

Lo que estaba claro a esa altura es que al Madrid le faltaba imaginación, un pase de magia, hasta que apareció Vinicius. Y definió con clase: amago y zurdazo sensacional. El pase fue de Bellingham, un fuera de serie.

​El gigante español se cita con el conjunto austríaco, para sellar la clasificación  LA NACION