ESPECTACULOS

Miradas opuestas de Nico Occhiato, conductor de La voz Argentina: ¿llegó o todavía le falta?

A favor: Costó, pero arrancó

Nicolás Lencinas

“¡Parece que le está gustando a Miranda!“, esa frase (convertida en meme) quedó como emblema de esta nueva edición de La voz Argentina.

De manera genuina y con carisma, Nicolás Occhiato patentó ese grito de sorpresa y apoyo a los participantes del reality cuando dialogaba con las familias en la primera etapa del certamen.

Ese y otros tantos guiños fueron sumando porotos para terminar de conquistar a los televidentes con su conducción del programa de Telefe. Si bien es una figura destacada del streaming, con su propio canal y agenda en Luzu TV, Occhiato llegó al prime time de la televisión con un bagaje y una experiencia más que probada para el desafío.

Tenemos Wi Fi, Todo puede pasar y El último pasajero fueron algunos de sus programas anteriores en TV, sin embargo, siempre estuvo acompañado por otra coconductora. Y, claro, ahora en soledad, al principio le costó, sobre todo porque tenía que reemplazar a Marley. Hasta que finalmente encauzó su trabajo y logró el equilibrio y la aceptación de espectadores que lo miraban de reojo.

Su torpeza, su inglés mal pronunciado, el ida y vuelta con los participantes cuando lo invitan a cantar, la complicidad con Soledad, Luck Ra y Lali, y la habilidad para enlazar el lenguaje de los jóvenes con la formalidad de la conducción televisiva terminaron de construir un personaje que le dio a La voz un conductor con sello propio.

Nicolás no es como Marley, y su personaje no está ahí para hacer el mismo papel que la anterior figura. Tiempo atrás se decía que Occhiato había llegado para reemplazar a Marcelo Tinelli. Pero tampoco.

Todo indica que el streamer hará su propio camino en la televisión, con la astucia justa para no caer en lugares comunes ni replicar lo que hace en Luzu TV. Su trabajo es ¡amazing!

En contra: Esto no es “streaming”, papi

Juan Manuel Pairone

La inclusión de Nicolás Occhiato en La voz Argentina traía consigo la expectativa de ver cómo se iba a adaptar el conductor y creador de Luzu TV a la dinámica del prime time televisivo y a la caliente pantalla de Telefe.

Más allá de la alianza entre el principal canal de aire de la televisión argentina y acaso la señal de streaming más sintonizada de la actualidad, el desafío para el animador pasaba por ver cuán grande podía llegar a quedarle el lugar antes ocupado por Marley.

Y aunque no era menor la estela que le tocaba enfrentar con su propia versión del rol, a esta altura resulta evidente que el también productor no tiene ese intangible que al exconductor del reality parece sobrarle.

No es que Occhiato desapruebe en su performance. Aunque todavía se nota que está fuera de su zona de confort, su oficio es palpable y también se hace notoria su preocupación por dar la talla en la función de conductor ATP: alguien capaz de hacer reír y de informar en frases consecutivas, siempre del lado del gusto popular.

En ese sentido, Occhiato parece ser una opción natural para hacer olvidar a quien fue el animador comodín de Telefe. Con un perfil joven que también es capaz de conectar con niños y personas de la tercera edad, el creador de Luzu tiene una imagen ideal para convertirse en un peso pesado del entretenimiento de su tiempo. No obstante, el éxito de su señal de streaming no es suficiente para que ese trasvasamiento se dé así como así.

Aunque su notoriedad entre los sub-30 sea probablemente mayor a la de cualquier figura de la televisión de los últimos años, conducir un tanque como La voz Argentina requiere otro tipo de estrategias comunicacionales. Como la misma evolución de los principales canales de streaming lo marca, no se trata de “prender” y olvidarse de las cámaras y los micrófonos.

Por eso, comandar un reality es tan difícil como arbitrar un partido definitorio en cualquier deporte: el mayor logro al que se puede aspirar es pasar desapercibido e influir lo menos posible.

A favor: Costó, pero arrancóNicolás Lencinas“¡Parece que le está gustando a Miranda!“, esa frase (convertida en meme) quedó como emblema de esta nueva edición de La voz Argentina.De manera genuina y con carisma, Nicolás Occhiato patentó ese grito de sorpresa y apoyo a los participantes del reality cuando dialogaba con las familias en la primera etapa del certamen.Ese y otros tantos guiños fueron sumando porotos para terminar de conquistar a los televidentes con su conducción del programa de Telefe. Si bien es una figura destacada del streaming, con su propio canal y agenda en Luzu TV, Occhiato llegó al prime time de la televisión con un bagaje y una experiencia más que probada para el desafío.Tenemos Wi Fi, Todo puede pasar y El último pasajero fueron algunos de sus programas anteriores en TV, sin embargo, siempre estuvo acompañado por otra coconductora. Y, claro, ahora en soledad, al principio le costó, sobre todo porque tenía que reemplazar a Marley. Hasta que finalmente encauzó su trabajo y logró el equilibrio y la aceptación de espectadores que lo miraban de reojo.Su torpeza, su inglés mal pronunciado, el ida y vuelta con los participantes cuando lo invitan a cantar, la complicidad con Soledad, Luck Ra y Lali, y la habilidad para enlazar el lenguaje de los jóvenes con la formalidad de la conducción televisiva terminaron de construir un personaje que le dio a La voz un conductor con sello propio.Nicolás no es como Marley, y su personaje no está ahí para hacer el mismo papel que la anterior figura. Tiempo atrás se decía que Occhiato había llegado para reemplazar a Marcelo Tinelli. Pero tampoco. Todo indica que el streamer hará su propio camino en la televisión, con la astucia justa para no caer en lugares comunes ni replicar lo que hace en Luzu TV. Su trabajo es ¡amazing!En contra: Esto no es “streaming”, papiJuan Manuel PaironeLa inclusión de Nicolás Occhiato en La voz Argentina traía consigo la expectativa de ver cómo se iba a adaptar el conductor y creador de Luzu TV a la dinámica del prime time televisivo y a la caliente pantalla de Telefe.Más allá de la alianza entre el principal canal de aire de la televisión argentina y acaso la señal de streaming más sintonizada de la actualidad, el desafío para el animador pasaba por ver cuán grande podía llegar a quedarle el lugar antes ocupado por Marley.Y aunque no era menor la estela que le tocaba enfrentar con su propia versión del rol, a esta altura resulta evidente que el también productor no tiene ese intangible que al exconductor del reality parece sobrarle.No es que Occhiato desapruebe en su performance. Aunque todavía se nota que está fuera de su zona de confort, su oficio es palpable y también se hace notoria su preocupación por dar la talla en la función de conductor ATP: alguien capaz de hacer reír y de informar en frases consecutivas, siempre del lado del gusto popular.En ese sentido, Occhiato parece ser una opción natural para hacer olvidar a quien fue el animador comodín de Telefe. Con un perfil joven que también es capaz de conectar con niños y personas de la tercera edad, el creador de Luzu tiene una imagen ideal para convertirse en un peso pesado del entretenimiento de su tiempo. No obstante, el éxito de su señal de streaming no es suficiente para que ese trasvasamiento se dé así como así.Aunque su notoriedad entre los sub-30 sea probablemente mayor a la de cualquier figura de la televisión de los últimos años, conducir un tanque como La voz Argentina requiere otro tipo de estrategias comunicacionales. Como la misma evolución de los principales canales de streaming lo marca, no se trata de “prender” y olvidarse de las cámaras y los micrófonos. Por eso, comandar un reality es tan difícil como arbitrar un partido definitorio en cualquier deporte: el mayor logro al que se puede aspirar es pasar desapercibido e influir lo menos posible.  La Voz