INTERNACIONALES

Trump pide a Otan sanciones a Rusia para forzar la paz

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a colocar a la guerra en Ucrania en el centro de la agenda internacional al pedir a los países de la Otan sanciones más duras contra Rusia. Según el mandatario, la vía más rápida hacia un alto el fuego es cortar la compra de petróleo ruso y aplicar aranceles de entre el 50% y el 100% a China por sus importaciones de crudo desde Moscú.

El mensaje, difundido ayer en su red social, sonó a ultimátum: “El compromiso de la Otan para ganar la guerra ha sido mucho menor del 100%. La compra de petróleo ruso por parte de algunos miembros de la alianza es impactante. Debilita enormemente su posición negociadora y su poder frente a Rusia”, posteó el inquilino de la Casa Blanca.

Trump apuntó contra los miembros de la alianza atlántica que siguen comprando crudo ruso. Turquía es hoy el tercer mayor comprador del mundo, detrás de China e India, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio. También figuran Hungría y Eslovaquia, que mantienen su dependencia energética pese a las sanciones.

Sin embargo, queda en duda si Trump estaría dispuesto a confrontar con líderes como Recep Tayyip Erdogan o Viktor Orbán, aliados incómodos dentro de la Otan. Esa ambigüedad siembra interrogantes sobre la viabilidad real de su propuesta.

Falta de respeto

El mensaje surge tras un incidente que agitó las tensiones: drones rusos ingresaron en el espacio aéreo de Polonia, lo que motivó una reunión de emergencia en la ONU. Varsovia derribó los aparatos sin daños, pero la embajadora interina de Estados Unidos, Dorothy Shea, advirtió que “muestran una inmensa falta de respeto por los esfuerzos de buena fe de Estados Unidos para poner fin a este conflicto”.

Trump, en contraste, minimizó el hecho y sugirió que “podría haber sido un error” de Moscú, lo que reavivó críticas a su reticencia a confrontar directamente a Putin. En paralelo, el Congreso presiona para aprobar sanciones más duras, después de la fallida cumbre de Alaska entre Trump y el mandatario ruso.

La propuesta del líder republicano busca también golpear a Beijing, al que acusa de sostener económicamente a Moscú. “China tiene un fuerte control, incluso total, sobre Rusia. Los aranceles poderosos romperán ese control”, escribió.

Según su planteo, los países de la Otan deberían aplicar tarifas del 50% al 100% sobre importaciones chinas, con la posibilidad de retirarlas si cesan las hostilidades en Ucrania. Estados Unidos ya impuso gravámenes de hasta 50% a India por su comercio energético con Rusia, aunque Trump dejó abierta la puerta a una negociación con el primer ministro Narendra Modi.

El endurecimiento contra China amenaza con abrir un nuevo frente. A principios de 2025, Washington había aplicado tarifas del 145% a productos chinos, lo que llevó a Beijing a responder con un 125% sobre bienes estadounidenses. El bloqueo al comercio entre las dos mayores economías del mundo desató temores globales y forzó negociaciones que luego redujeron los aranceles al 30% y al 10%, respectivamente.

Un nuevo ciclo de sanciones podría afectar directamente a Europa, donde los altos costos energéticos y la ralentización económica ya generan alarma.

Contrastes

Mientras Trump evita responsabilizar directamente a Putin, sus aliados avanzan con medidas más concretas. Reino Unido anunció el viernes sanciones contra 70 buques utilizados para transportar crudo ruso y contra 30 empresas y personas de China y Turquía acusadas de abastecer componentes militares a Moscú.

El contraste expone diferencias dentro del bloque occidental. Trump acusa a su predecesor, Joe Biden, y al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de ser los responsables de prolongar un conflicto “mortal, pero ridículo”. Esa visión, que excluye a Putin de toda responsabilidad, alimenta las críticas sobre su estrategia y refuerza la narrativa de campaña en la que promete “poner fin a la guerra rápidamente”.

El pedido de Trump coloca a la Otan ante un dilema: aumentar la presión económica sobre Rusia, con el riesgo de desencadenar una guerra comercial con China, o mantener el actual esquema de sanciones.

A más de tres años de la invasión, las líneas de negociación permanecen bloqueadas. Para algunos analistas, el planteo del presidente estadounidense refleja más un intento de presión sobre los socios europeos que un plan realista para lograr la paz. La ausencia de un reproche directo a Putin, combinada con la incertidumbre sobre las consecuencias de nuevas sanciones, deja al tablero internacional en un estado de incertidumbre.

​El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a colocar a la guerra en Ucrania en el centro de la agenda internacional al pedir a los países de la Otan sanciones más duras contra Rusia. Según el mandatario, la vía más rápida hacia un alto el fuego es cortar la compra de petróleo ruso y aplicar aranceles de entre el 50% y el 100% a China por sus importaciones de crudo desde Moscú.El mensaje, difundido ayer en su red social, sonó a ultimátum: “El compromiso de la Otan para ganar la guerra ha sido mucho menor del 100%. La compra de petróleo ruso por parte de algunos miembros de la alianza es impactante. Debilita enormemente su posición negociadora y su poder frente a Rusia”, posteó el inquilino de la Casa Blanca.Trump apuntó contra los miembros de la alianza atlántica que siguen comprando crudo ruso. Turquía es hoy el tercer mayor comprador del mundo, detrás de China e India, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio. También figuran Hungría y Eslovaquia, que mantienen su dependencia energética pese a las sanciones.Sin embargo, queda en duda si Trump estaría dispuesto a confrontar con líderes como Recep Tayyip Erdogan o Viktor Orbán, aliados incómodos dentro de la Otan. Esa ambigüedad siembra interrogantes sobre la viabilidad real de su propuesta.Falta de respetoEl mensaje surge tras un incidente que agitó las tensiones: drones rusos ingresaron en el espacio aéreo de Polonia, lo que motivó una reunión de emergencia en la ONU. Varsovia derribó los aparatos sin daños, pero la embajadora interina de Estados Unidos, Dorothy Shea, advirtió que “muestran una inmensa falta de respeto por los esfuerzos de buena fe de Estados Unidos para poner fin a este conflicto”.Trump, en contraste, minimizó el hecho y sugirió que “podría haber sido un error” de Moscú, lo que reavivó críticas a su reticencia a confrontar directamente a Putin. En paralelo, el Congreso presiona para aprobar sanciones más duras, después de la fallida cumbre de Alaska entre Trump y el mandatario ruso.La propuesta del líder republicano busca también golpear a Beijing, al que acusa de sostener económicamente a Moscú. “China tiene un fuerte control, incluso total, sobre Rusia. Los aranceles poderosos romperán ese control”, escribió.Según su planteo, los países de la Otan deberían aplicar tarifas del 50% al 100% sobre importaciones chinas, con la posibilidad de retirarlas si cesan las hostilidades en Ucrania. Estados Unidos ya impuso gravámenes de hasta 50% a India por su comercio energético con Rusia, aunque Trump dejó abierta la puerta a una negociación con el primer ministro Narendra Modi.El endurecimiento contra China amenaza con abrir un nuevo frente. A principios de 2025, Washington había aplicado tarifas del 145% a productos chinos, lo que llevó a Beijing a responder con un 125% sobre bienes estadounidenses. El bloqueo al comercio entre las dos mayores economías del mundo desató temores globales y forzó negociaciones que luego redujeron los aranceles al 30% y al 10%, respectivamente.Un nuevo ciclo de sanciones podría afectar directamente a Europa, donde los altos costos energéticos y la ralentización económica ya generan alarma.ContrastesMientras Trump evita responsabilizar directamente a Putin, sus aliados avanzan con medidas más concretas. Reino Unido anunció el viernes sanciones contra 70 buques utilizados para transportar crudo ruso y contra 30 empresas y personas de China y Turquía acusadas de abastecer componentes militares a Moscú.El contraste expone diferencias dentro del bloque occidental. Trump acusa a su predecesor, Joe Biden, y al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de ser los responsables de prolongar un conflicto “mortal, pero ridículo”. Esa visión, que excluye a Putin de toda responsabilidad, alimenta las críticas sobre su estrategia y refuerza la narrativa de campaña en la que promete “poner fin a la guerra rápidamente”.El pedido de Trump coloca a la Otan ante un dilema: aumentar la presión económica sobre Rusia, con el riesgo de desencadenar una guerra comercial con China, o mantener el actual esquema de sanciones.A más de tres años de la invasión, las líneas de negociación permanecen bloqueadas. Para algunos analistas, el planteo del presidente estadounidense refleja más un intento de presión sobre los socios europeos que un plan realista para lograr la paz. La ausencia de un reproche directo a Putin, combinada con la incertidumbre sobre las consecuencias de nuevas sanciones, deja al tablero internacional en un estado de incertidumbre.  La Voz