Los Premios Bunge y Born
Desde 1964 la Fundación Bunge y Born entrega ininterrumpidamente un reconocimiento a la trayectoria y los aportes de científicos distinguidos del ámbito nacional. Este ya tradicional galardón promueve el conocimiento y la innovación en beneficio de nuestra sociedad.
El Premio a la Trayectoria celebra la trascendencia de los aportes científicos, la excelencia, la formación de recursos humanos y el desarrollo del sector productivo. Desde 2001 se entrega también el llamado Premio Estímulo, instrumento para alentar a investigadores más jóvenes que ya exhiben méritos para ser reconocidos.
Históricamente, han sido merecedores de los premios científicos de la talla de Luis Federico Leloir, en medicina (1965); Carlos Balseiro, en física (2017); Alberto Salvarezza, en química (2012); Diego De Mendoza, en microbiología (2021), y Raquel Chan, en agrobiotecnología (2023), entre otros.
En 2025 la fundación convocó a elegir al más distinguido entre los distinguidos. El jurado se inclinó unánimemente por el doctor Alberto Kornblihtt, biólogo molecular de vasta trayectoria internacional, reconocido mundialmente por sus estudios genéticos. Profesor emérito en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA e investigador superior del Conicet, es miembro de academias de ciencias de la Argentina, Estados Unidos, Francia y Brasil, y de la European Biology Organization, entre otras prestigiosas entidades. Estudió en Oxford y en la École Normale Supérieure de París, al tiempo que es profesor titular de Introducción a la Biología Molecular en la UBA. Por 36 años ha dejado una marca imborrable en la formación de cientos de científicos, muchos de los cuales, inspirados en sus clases magistrales, han optado por orientar su carrera hacia la biología molecular.
Sin lugar a dudas, el doctor Kornblihtt ha descollado como científico por la originalidad y creatividad de sus enfoques, y por su tarea como gestor, docente, e impulsor de la investigación en nuestro país.
El Premio Estímulo fue para la doctora Maria Laura Mascotti, una joven brillante con una producción científica que la ha convertido en referente en Mendoza y en el país, clave en “el avance de la medicina, la genética, la biotecnología y otras ciencias de la vida”, según el veredicto del jurado. Su trabajo de tesis se orientó a la identificación, expresión y estudio de nuevas enzimas, en especial las monooxigenasas. Actualmente es investigadora adjunta del Conicet, con orientación en biología molecular y bioinformática avanzada. Su producción científica supera las 40 investigaciones, contabilizando también numerosísimos artículos publicados en revistas especializadas de nivel internacional.
Corresponde destacar que la Fundación Bunge y Born lleva adelante valiosos programas que incluyen acciones sobre la enfermedad de Chagas, así como el otorgamiento de subsidios a la investigación y a la preservación del patrimonio cultural argentino. También trabaja en la salud pública, otorga becas y provee de material escolar a distintas instituciones de la Argentina. Subsidia la investigación en inmunopatologías, biología y medicina experimental, acompañando también carreras de postgrado en ciencias de la salud, ingeniería, psicología y enfermería.
La Fundación Bunge y Born encarna el principio de “multiplicar sumando” para la articulación con otras organizaciones, al advertir que la sumatoria de esfuerzos diversos potencian los resultados. Cabe celebrar tantos años de valiosa labor con enorme impacto en el desarrollo de la actividad científica, tecnológica y social de la Argentina.
Desde 1964 la Fundación Bunge y Born entrega ininterrumpidamente un reconocimiento a la trayectoria y los aportes de científicos distinguidos del ámbito nacional. Este ya tradicional galardón promueve el conocimiento y la innovación en beneficio de nuestra sociedad.El Premio a la Trayectoria celebra la trascendencia de los aportes científicos, la excelencia, la formación de recursos humanos y el desarrollo del sector productivo. Desde 2001 se entrega también el llamado Premio Estímulo, instrumento para alentar a investigadores más jóvenes que ya exhiben méritos para ser reconocidos. Históricamente, han sido merecedores de los premios científicos de la talla de Luis Federico Leloir, en medicina (1965); Carlos Balseiro, en física (2017); Alberto Salvarezza, en química (2012); Diego De Mendoza, en microbiología (2021), y Raquel Chan, en agrobiotecnología (2023), entre otros.En 2025 la fundación convocó a elegir al más distinguido entre los distinguidos. El jurado se inclinó unánimemente por el doctor Alberto Kornblihtt, biólogo molecular de vasta trayectoria internacional, reconocido mundialmente por sus estudios genéticos. Profesor emérito en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA e investigador superior del Conicet, es miembro de academias de ciencias de la Argentina, Estados Unidos, Francia y Brasil, y de la European Biology Organization, entre otras prestigiosas entidades. Estudió en Oxford y en la École Normale Supérieure de París, al tiempo que es profesor titular de Introducción a la Biología Molecular en la UBA. Por 36 años ha dejado una marca imborrable en la formación de cientos de científicos, muchos de los cuales, inspirados en sus clases magistrales, han optado por orientar su carrera hacia la biología molecular. Sin lugar a dudas, el doctor Kornblihtt ha descollado como científico por la originalidad y creatividad de sus enfoques, y por su tarea como gestor, docente, e impulsor de la investigación en nuestro país.El Premio Estímulo fue para la doctora Maria Laura Mascotti, una joven brillante con una producción científica que la ha convertido en referente en Mendoza y en el país, clave en “el avance de la medicina, la genética, la biotecnología y otras ciencias de la vida”, según el veredicto del jurado. Su trabajo de tesis se orientó a la identificación, expresión y estudio de nuevas enzimas, en especial las monooxigenasas. Actualmente es investigadora adjunta del Conicet, con orientación en biología molecular y bioinformática avanzada. Su producción científica supera las 40 investigaciones, contabilizando también numerosísimos artículos publicados en revistas especializadas de nivel internacional. Corresponde destacar que la Fundación Bunge y Born lleva adelante valiosos programas que incluyen acciones sobre la enfermedad de Chagas, así como el otorgamiento de subsidios a la investigación y a la preservación del patrimonio cultural argentino. También trabaja en la salud pública, otorga becas y provee de material escolar a distintas instituciones de la Argentina. Subsidia la investigación en inmunopatologías, biología y medicina experimental, acompañando también carreras de postgrado en ciencias de la salud, ingeniería, psicología y enfermería. La Fundación Bunge y Born encarna el principio de “multiplicar sumando” para la articulación con otras organizaciones, al advertir que la sumatoria de esfuerzos diversos potencian los resultados. Cabe celebrar tantos años de valiosa labor con enorme impacto en el desarrollo de la actividad científica, tecnológica y social de la Argentina. LA NACION