DEPORTES

José Daniel “Rana” Valencia: Disfruté jugar a la pelota como un niño, siempre

–¿Sos el jujeño más cordobés?

–Imaginate que tengo ya 50 años acá. Toda la vida acá.

–¿Te quedó jugar en Europa como una cuenta pendiente?

–No lo sentí nunca así. No había futbolísticamente un equipo que tuviera la importancia de donde jugaba. Y yo jugaba porque me encantaba el fútbol, me encantaba la pelota, y no para hacerme millonario.

–Más allá de no tener esa ambición económica, extrapolando contextos, un jugador de tu jerarquía en la actualidad gana muchísimo dinero, al menos mucho más que en tu época.

–Obvio. En vez de tener la colección de autitos esos chiquititos, tendrías, como los tienen todos ahora, aviones, barcos. César Luis Menotti decía que el día que el fútbol se haga negocio, ahí se les va a complicar la vida a muchos. Y es realmente así. Es un negocio donde los chicos no disfrutan nada, se van a temprana edad, se alejan de la familia, obviamente que tienen todos los lujos que te puedas imaginar, pero a veces lo disfrutan muy poco. No entiendo por qué pueden tener 20 autos y usan uno solo.

–¿Vos creés que antes había un equilibrio entre ingresos, reconocimiento del público y vida personal?

–Sí. Los jugadores jugaban ocho, 10 años en un equipo, y eso hacía que la gente sintiera un cariño muy especial por cada jugador. Yo jugaba porque me encantaba jugar, era un niño jugando y no sentí esa responsabilidad ni esa presión que algunos sienten.

–¿Disfrutaste toda la carrera?

–Toda mi vida, y lo sigo disfrutando a donde voy, a donde juego, a donde puedo estar, sigo sintiendo esa emoción de niño.

–¿Y creés que con la hiperprofesionalización ya no disfrutan tanto los jugadores?

–Me parece que jugando varios partidos por semanas, muchos campeonatos, el jugador tiene muy poco tiempo para disfrutar. Y hay que tener en cuenta que, para un jugador de fútbol, hay muchas cosas que te perdés. Yo empecé a los 15 como profesional y casi no tuve adolescencia, no tengo fotos de viajes con amigos, como veo que tienen mis hijos.

–Pero tenés otras fotos, otros logros importantes.

–Disfruté de lo que a mí me gustó toda la vida, nací en una cancha de fútbol, entonces imaginate que me despertaba con una pelota de fútbol; y yo siempre digo que mi patio era la cancha de fútbol, porque mi papá cuidaba un estadio.

–¿El elogio más grande de tu carrera fue el que te hizo Maradona respecto a que eras el jugador con el que mejor se entendía en una cancha?

–Fue uno, porque lo dijo el más grande del mundo. Pero el que más me emocionó fue hace unos años, cuando llamé a César Menotti para saludarlo. Arrancó con que él había conocido a Cruyff, a Pelé, a Maradona, y me dijo: “Hasta el día de hoy, no puedo saber si usted era derecho o izquierdo”. Me emocionó tanto que lo haya dicho él, que para mí fue un padre en todo sentido, por agradecimiento, porque le dio la posibilidad al jugador del interior de integrar una verdadera selección, una selección que era de todos los lugares del país, que era una verdadera selección, con jugadores que jugaban en el país.

–Y si tuvieras que describirte como jugador, en especial a los que no te vieron jugar…

–Y para colmo, no puedo decir: “Andá a ver los videos en Google”.

–Hay pocos y borrosos registros de aquella época, en especial de aquel Talleres de los ‘70.

–Yo me sentí un volante de creación, que hice pocos goles, porque disfrutaba más hacerla jugar y que otro hiciera los goles. En las jugadas, yo podía pasar dos o tres; y si podía dar el pase para que otro la empujara, lo hacía.

–¿Te quedó la espina de no haber podido ser campeón con Talleres?

–Más que nada por la gente. Somos lo que somos por la gente, porque ellos son los que te van a ver y los que te hacen o no conocido. Holanda no salió campeón en 1974 y todo el mundo se acuerda de ellos. Yo creo que esos jugadores se habrán sentido campeones, porque ellos lograron el fútbol total. A nosotros nos recuerdan de esa manera.

–¿Y cómo ves a Talleres hoy?

–Yo soy embajador del club, estoy con los chicos, viajo a las filiales, a las escuelas de fútbol. Con mi trabajo estoy muy bien, estoy muy contento con lo que estoy haciendo. Sigo ligado al fútbol, pero el fútbol ha bajado mucho, hoy en día son todos habilitadores, son muy pocos los jugadores que encaran.

–En esas diferencias con el pasado, para Córdoba parece ser un tiempo muy distinto a lo que fue el esplendor de los ‘70 u ‘80, cuando vos jugabas.

–Sí, claro. En estos 10 años que está Andrés (Fassi), se lograron cosas muy importantes, pero obviamente no son las cosas como en aquellas épocas. Creo que el que tuvo en ese momento la visión fue Amadeo Nuccetelli. Yo viví la mejor época, no solo en fútbol, me acuerdo de los Rolling Stones, Charly, de Spinetta, de Favaloro como médico.

–¿Tenés alguna otra actividad aparte de la del club? ¿Algún hobby?

–Mis hobbies son estar junto con mis hijos y la música. Sigo grabando música, me gusta todo tipo de música, estar con la familia, comer asados, yo creo que ya medio que mi mundo es obviamente mi familia, no soy de mucho salir, prefiero quedarme en casa, comer un buen asado, disfrutar la música con ellos. Cantamos, mis hijos también tocan la guitarra.

–O sea, después del fútbol, tu gran pasión es la música.

–Sí, ya con 70 años, escucho de todo.

–¿Y qué te gusta más?

–Todo. Me gusta la música romántica en inglés, Serrat, Joaquín Sabina, Perales, folklore, rock nacional argentino.

–¿Te quedan cuentas pendientes?

–Más allá de todo lo que logré con el fútbol, estoy muy contento con la familia y con la esposa que tengo, que es quien me acompaña y me ayuda mucho en el día a día, porque después del fútbol no es fácil.

Perfil de José Daniel Valencia

José Daniel Valencia, la “Rana”, fue un destacado jugador de fútbol. Nacido en Jujuy hace 70 años, la mayor parte de su carrera la hizo en el Club Atlético Talleres, donde integró aquel reconocido equipo que llegó a ser subcampeón del torneo Nacional de 1977. En la selección nacional, disputó dos mundiales. El de 1978, donde fue campeón del mundo, y el de 1982. Fue considerado como uno de los mejores “10″ del fútbol argentino. Tuvo un breve paso como entrenador y actualmente es embajador de Talleres.

​–¿Sos el jujeño más cordobés?–Imaginate que tengo ya 50 años acá. Toda la vida acá.–¿Te quedó jugar en Europa como una cuenta pendiente?–No lo sentí nunca así. No había futbolísticamente un equipo que tuviera la importancia de donde jugaba. Y yo jugaba porque me encantaba el fútbol, me encantaba la pelota, y no para hacerme millonario.–Más allá de no tener esa ambición económica, extrapolando contextos, un jugador de tu jerarquía en la actualidad gana muchísimo dinero, al menos mucho más que en tu época.–Obvio. En vez de tener la colección de autitos esos chiquititos, tendrías, como los tienen todos ahora, aviones, barcos. César Luis Menotti decía que el día que el fútbol se haga negocio, ahí se les va a complicar la vida a muchos. Y es realmente así. Es un negocio donde los chicos no disfrutan nada, se van a temprana edad, se alejan de la familia, obviamente que tienen todos los lujos que te puedas imaginar, pero a veces lo disfrutan muy poco. No entiendo por qué pueden tener 20 autos y usan uno solo.–¿Vos creés que antes había un equilibrio entre ingresos, reconocimiento del público y vida personal?–Sí. Los jugadores jugaban ocho, 10 años en un equipo, y eso hacía que la gente sintiera un cariño muy especial por cada jugador. Yo jugaba porque me encantaba jugar, era un niño jugando y no sentí esa responsabilidad ni esa presión que algunos sienten.–¿Disfrutaste toda la carrera?–Toda mi vida, y lo sigo disfrutando a donde voy, a donde juego, a donde puedo estar, sigo sintiendo esa emoción de niño.–¿Y creés que con la hiperprofesionalización ya no disfrutan tanto los jugadores?–Me parece que jugando varios partidos por semanas, muchos campeonatos, el jugador tiene muy poco tiempo para disfrutar. Y hay que tener en cuenta que, para un jugador de fútbol, hay muchas cosas que te perdés. Yo empecé a los 15 como profesional y casi no tuve adolescencia, no tengo fotos de viajes con amigos, como veo que tienen mis hijos.–Pero tenés otras fotos, otros logros importantes.–Disfruté de lo que a mí me gustó toda la vida, nací en una cancha de fútbol, entonces imaginate que me despertaba con una pelota de fútbol; y yo siempre digo que mi patio era la cancha de fútbol, porque mi papá cuidaba un estadio.–¿El elogio más grande de tu carrera fue el que te hizo Maradona respecto a que eras el jugador con el que mejor se entendía en una cancha?–Fue uno, porque lo dijo el más grande del mundo. Pero el que más me emocionó fue hace unos años, cuando llamé a César Menotti para saludarlo. Arrancó con que él había conocido a Cruyff, a Pelé, a Maradona, y me dijo: “Hasta el día de hoy, no puedo saber si usted era derecho o izquierdo”. Me emocionó tanto que lo haya dicho él, que para mí fue un padre en todo sentido, por agradecimiento, porque le dio la posibilidad al jugador del interior de integrar una verdadera selección, una selección que era de todos los lugares del país, que era una verdadera selección, con jugadores que jugaban en el país.–Y si tuvieras que describirte como jugador, en especial a los que no te vieron jugar…–Y para colmo, no puedo decir: “Andá a ver los videos en Google”.–Hay pocos y borrosos registros de aquella época, en especial de aquel Talleres de los ‘70.–Yo me sentí un volante de creación, que hice pocos goles, porque disfrutaba más hacerla jugar y que otro hiciera los goles. En las jugadas, yo podía pasar dos o tres; y si podía dar el pase para que otro la empujara, lo hacía.–¿Te quedó la espina de no haber podido ser campeón con Talleres?–Más que nada por la gente. Somos lo que somos por la gente, porque ellos son los que te van a ver y los que te hacen o no conocido. Holanda no salió campeón en 1974 y todo el mundo se acuerda de ellos. Yo creo que esos jugadores se habrán sentido campeones, porque ellos lograron el fútbol total. A nosotros nos recuerdan de esa manera.–¿Y cómo ves a Talleres hoy?–Yo soy embajador del club, estoy con los chicos, viajo a las filiales, a las escuelas de fútbol. Con mi trabajo estoy muy bien, estoy muy contento con lo que estoy haciendo. Sigo ligado al fútbol, pero el fútbol ha bajado mucho, hoy en día son todos habilitadores, son muy pocos los jugadores que encaran.–En esas diferencias con el pasado, para Córdoba parece ser un tiempo muy distinto a lo que fue el esplendor de los ‘70 u ‘80, cuando vos jugabas.–Sí, claro. En estos 10 años que está Andrés (Fassi), se lograron cosas muy importantes, pero obviamente no son las cosas como en aquellas épocas. Creo que el que tuvo en ese momento la visión fue Amadeo Nuccetelli. Yo viví la mejor época, no solo en fútbol, me acuerdo de los Rolling Stones, Charly, de Spinetta, de Favaloro como médico.–¿Tenés alguna otra actividad aparte de la del club? ¿Algún hobby?–Mis hobbies son estar junto con mis hijos y la música. Sigo grabando música, me gusta todo tipo de música, estar con la familia, comer asados, yo creo que ya medio que mi mundo es obviamente mi familia, no soy de mucho salir, prefiero quedarme en casa, comer un buen asado, disfrutar la música con ellos. Cantamos, mis hijos también tocan la guitarra.–O sea, después del fútbol, tu gran pasión es la música.–Sí, ya con 70 años, escucho de todo.–¿Y qué te gusta más?–Todo. Me gusta la música romántica en inglés, Serrat, Joaquín Sabina, Perales, folklore, rock nacional argentino.–¿Te quedan cuentas pendientes?–Más allá de todo lo que logré con el fútbol, estoy muy contento con la familia y con la esposa que tengo, que es quien me acompaña y me ayuda mucho en el día a día, porque después del fútbol no es fácil.Perfil de José Daniel ValenciaJosé Daniel Valencia, la “Rana”, fue un destacado jugador de fútbol. Nacido en Jujuy hace 70 años, la mayor parte de su carrera la hizo en el Club Atlético Talleres, donde integró aquel reconocido equipo que llegó a ser subcampeón del torneo Nacional de 1977. En la selección nacional, disputó dos mundiales. El de 1978, donde fue campeón del mundo, y el de 1982. Fue considerado como uno de los mejores “10″ del fútbol argentino. Tuvo un breve paso como entrenador y actualmente es embajador de Talleres.  La Voz