El ritual ancestral con canela en el baño para atraer la prosperidad y limpiar las energías negativas
Espolvorear canela en el baño es una práctica ancestral que combina bienestar físico y energético. Este ritual no solo busca relajar el cuerpo y revitalizar la piel, sino que también se cree que ayuda a desbloquear energías y mejorar la circulación sanguínea.
Qué beneficios tiene espolvorear canela en el baño
La canela se emplea con distintos fines gracias a sus múltiples propiedades y beneficios. Entre sus usos más destacados al incorporarla en el baño se encuentran:
- Relajación: se considera que puede favorecer al alivio del cuerpo y la mente, y de esta forma, contribuir a reducir el estrés y a generar una sensación de calma.
- Mejora de la circulación: su efecto dilatador podría favorecer el flujo sanguíneo y activar la circulación en todo el organismo.
- Estimulación energética: tradicionalmente utilizada como un revitalizante natural, la canela en el baño puede ayudar a activar los sentidos y aumentar los niveles de energía.
- Propiedades antibacterianas: contiene compuestos con efectos antifúngicos y antibacterianos que contribuyen a mantener la piel sana y protegida de posibles infecciones.
- Limpieza de energías negativas: sus cualidades purificantes y reconstituyentes no solo benefician el cuerpo, sino que también se asocian con la renovación del espíritu y promueve una sensación general de bienestar.
Pasos para espolvorear canela en el baño de forma correcta
Para preparar un baño con canela se deben seguir los siguientes pasos, según detalló Glamour:
- Llenar la bañera con agua caliente a la temperatura deseada.
- Agregar aproximadamente una taza de canela en polvo y ajustar la cantidad según la intensidad deseada.
- Mezclar bien el agua con las manos o con una cuchara grande para dispersar uniformemente la especia natural.
- Dejar reposar la hierba en el agua durante al menos 10 minutos para que sus propiedades se liberen.
- Opcionalmente, añadir otros ingredientes como sales, aceites esenciales o flores secas.
- Ingresar al baño y permanecer en el agua con aroma al condimento durante unos 30 minutos.
- Prestar atención a cualquier molestia o reacción adversa y, de ser necesario, consultar a un profesional de la salud.
Otros beneficios de la especia: cómo aprovechar el incienso de canela
Además de utilizarse como baño de canela, esta especia también se emplea en rituales como el incienso. Su aroma cálido y reconfortante fue apreciado durante siglos por su capacidad para crear ambientes relajantes y energizantes. Originaria de Sri Lanka, la hierba se incorporó en rituales espirituales, meditación y prácticas de aromaterapia, asociándose con la prosperidad, la buena suerte y el bienestar integral, según detalló Mandala Bisutería.
Su fragancia proporciona placer sensorial y también ofrece beneficios terapéuticos. Contiene compuestos con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. Diversos estudios sugieren que su aroma puede estimular el sistema límbico, lo que ayuda a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo, aumentar la concentración y favorecer la relajación mental.
En el ámbito físico, el incienso de canela puede contribuir al alivio de dolores musculares o inflamaciones, estimular la circulación y fortalecer el sistema inmunológico. Además, su aroma se vinculó con la regulación emocional y el bienestar espiritual al crear un ambiente propicio para la meditación y la introspección.
Para utilizarlo adecuadamente, existen diferentes métodos:
- Encenderlo en un quemador tradicional con palitos o conos de incienso.
- Emplear un difusor con unas gotas de aceite esencial de canela para que el aroma se extienda por el espacio.
Es recomendable usarlo antes o durante prácticas de meditación, yoga o momentos de relajación, como mientras se toma un baño caliente o se lee. Al encender el incienso, se debe asegurar un lugar bien ventilado y nunca dejarlo sin supervisión.
Espolvorear canela en el baño relaja, mejora circulación y energía. Descubre cómo usar esta especia ancestral para bienestar físico y espiritual. LA NACION