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Cómo cuidar nuestra salud interior, según Bernardo Stamateas

El rechazo es una de las experiencias más devastadoras para un ser humano, especialmente cuando ocurre en la niñez. La sensación de no ser amado desde los primeros años nos hiere profundamente. ¿Por qué nos duele tanto que nos rechacen? Porque interpretamos un mensaje implícito: “Sos malo/a, por eso no puedo amarte”.

Una persona que fue rechazada por su mamá y/o su papá, probablemente, sentirá un dolor intenso cada vez que alguien la critique. Esto sucede porque la actitud del crítico expone una herida que aún no ha sido sanada. En cambio, alguien emocionalmente saludable experimentará solo una molestia pasajera que pronto olvidará. Por eso es importante prestar atención al dolor emocional que aparece en situaciones negativas y observar cuánto tiempo dura. Si se prolonga, es probable que haya algo en nuestro interior que necesita ser sanado. Y, si queremos disfrutar de relaciones saludables, necesitamos tener salud interior.

¿Qué quiere decir estar sano por dentro?

Básicamente dos cosas:

  1. a. Tener la actitud de un niño

Ellos buscan descubrir el mundo que los rodea en cada instante. Quieren aprender algo nuevo todo el tiempo. Incluso hay empresas que, al contratar, prefieren a personas sin experiencia. ¿Por qué? Porque alguien sin experiencia se parece a un niño: no tiene mañas adquiridas y está dispuesto a aprender aquello que desconoce. Volvámonos como niños.

Volver a ser niños en las situaciones más difíciles

  1. b. Resolver nuestros problemas directamente con la fuente

Algunas personas, cuando tienen un problema con alguien, se lo cuentan a todo el mundo. Hoy en día incluso recurren a las redes sociales para hacerlo. No advierten que, de ese modo, solo logran que la dificultad no se resuelva. Muchas veces es uno mismo quien se genera un problema por no saber cómo actuar en determinadas situaciones. Al fin y al cabo, un problema no es más que una dificultad mal manejada.

¿Qué deberíamos hacer cuando alguien nos lastima? Incluso nuestros seres más queridos pueden herirnos. Todos somos “heridores” en potencia, con intención o sin ella. Lo cierto es que, cuando tenemos salud interior, vamos a la fuente y hacemos todo lo posible por resolver el conflicto sin necesidad de contárselo a nadie.

Es importante estar bien uno para estar bien con todos los demás

Lo más aconsejable es mantener la calma, porque las emociones negativas —como la ira, el rencor o la tristeza— nos llevan a buscar una catarsis que fácilmente puede terminar en una discusión fuera de control. Y en toda relación interpersonal, ya sea con conocidos o desconocidos, debemos recordar que no se trata de que uno gane y el otro pierda, sino de que ambos ganen. Si una parte gana y la otra pierde, en realidad, pierden ambos. Una señal de madurez y de salud interior —tan necesarias en estos tiempos— es el hábito de resolver nuestros problemas personales de manera rápida y eficaz. Estar sanos por dentro nos garantiza una mejor calidad de vida.

Todos tenemos la capacidad de atraer lo mejor para nuestras vidas y de perseguir nuestros sueños hasta verlos realizados.

​Hay dos factores primordiales para estar sano por dentro: tener la actitud de un niño y resolver nuestros problemas directamente con la fuente  LA NACION